Un gordo, pero muy muy muy gordo, o sea un gordo de veras gordo,
pero que caía bien y que era muy pachanguero es invitado a una fiesta de
disfraces.
Entonces muy entusiasmado va a comprarse un disfraz pero ¡nada!...
no existen disfraces de su talla.
Se pone a pensar y se le ocurre una idea...