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De; changadas y changos descarreados!!

Libros muchos,,,,novelas no dejé una con cabeza, el autor Marcial Lafuente Estefanía, género: Oeste.

Novelas que gustaba de leer de un tirón los fines de semana,,,
 
Por ahi los tengo yo tambien, La Biblia procuro leerla relativamente seguido (no soy mocho) pero lo que me gusta es analizarla, parece mentira pero siempre encuentra uno un mensaje nuevo.
El arte de la guerra cuando se me atraviesa algun problema de repente le encuentro solución aplicandolo.
Pero ambos son casi como libros de consulta.
Libros para darse el gusto de leer tengo desde 100 años de soledad, varios de Victor Hugo Moby Dick,un buen de Emilio Salgari etc. pero uno que realmente me rompió la madre, y cada vez que vuelvo a leer me conmueve es Sin novedad en el frente de Erich María Remarque.
 
3 libros que no deben faltar en una biblioteca
1- El Principe-Nicolas Maquiavelo
2.-El Arte de la guerra-Sun Tzu
3.-Mi lucha- Adolfo Hitler.
Mas que nada para conocer el pensamiento mas oscuro de la mente humana manipuladora, para utilizarlo, o para defenderse de el, ahi depende de ustedes.
 
Que curioso Don Lobo, siempre crei que uno de sus libros preferidos sería "El Libro Rojo de MAO"......¿usted ama a MAO?:animlol:
 
Se están poniendo muy dandys. Ya los imagino con gorro moroco, robe chambre de terciopelo de pantuflas leyendo cerca de la estufa, fumando pipa...añorando montas que pudieron ser
 
No mamá, la tabla del clavo no.
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¿y que me dice de CHANOC don Colt ? ésa era una de mis lecturas semanales obligadas cuando era chamaco
 
Un chamaco cazador me alegaba que los venados no tiraban los cuernos cada año. Yo le mataba el argumento diciendo que lo había visto impreso. En chanoc. Jajajaja.

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Se parece a un amigo mío. Jijijiji

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[FONT=&quot][h=1]La leyenda patria[/h][/FONT]
[FONT=&quot]
La leyenda patria
de Juan Zorrilla de San Martín



[/FONT]
[FONT=&quot]Es la voz de la patria... Pide gloria...[/FONT]
[FONT=&quot]Yo obedezco esa voz. A su llamado,[/FONT]
[FONT=&quot]Siento en el alma abiertos[/FONT]
[FONT=&quot]Los sepulcros que pueblan mi memoria,[/FONT]
[FONT=&quot]Y, en el sudario envueltos de la historia,[/FONT]
[FONT=&quot]Levantarse sus muertos.[/FONT]
[FONT=&quot]Uno de ellos, recuerdo pavoroso[/FONT]
[FONT=&quot]De un lustro triste, se levanta impuro,[/FONT]
[FONT=&quot]Como visión que en un insomnio brota[/FONT]
[FONT=&quot]Del fondo nebuloso[/FONT]
[FONT=&quot]A la voz de un conjuro, y su flotante[/FONT]
[FONT=&quot]Negra veste talar mi frente azota.[/FONT]
[FONT=&quot]¡Lustro de maldición, lustro sombrío![/FONT]
[FONT=&quot]Noche de esclavitud, de amargas horas,[/FONT]
[FONT=&quot]Sin perfumes, sin cantos, sin auroras,[/FONT]
[FONT=&quot]Vaga en la margen del paterno río...[/FONT]


[FONT=&quot]De los llorosos sauces[/FONT]
[FONT=&quot]Que el [/FONT]Uruguay retrata en su corriente,
Cuelgan las arpas mudas,
Ay! Las arpas de ayer que, en himno ardiente,
Himno de libertad, salmo infinito,
Vibraron, al rodar sobre sus cuerdas
Las auras de Las Piedras y el Cerrito.
Hoy la mano del cierzo deja en ellas
El flébil son de tímidas querellas.


Apenas si un recuerdo luminoso
De un tiempo no distante,
De un tiempo asaz glorioso,
Tímido nace entre la sombra errante
Para entre ella morir, como esas llamas
Que, alumbrando la faz de los sepulcros,
Lívidas un instante fosforecen!
Como esos lirios pálidos y yertos,
Desmayados suspiros de los muertos
Que entre las grietas de las tumbas crecen.


La fuerte ciudadela,
Baluarte del que fué Montevideo,
Desnuda ya del generoso arreo,
Entre las sombras vela
El verde airón de su imperial señora,
Que, en las almenas al batir el aire,
Encarna macilenta,
La sombra vil de la paterna afrenta.
Todo mudo en redor... campos, ciudades...
Todo apenas se agita,
Y, del pecho en las negras soledades,
El patrio corazón ya no palpita.
 
*Me cansé de que nos estuvieran robando. Pagamos impuestos para que nos vigile la Policía, pagamos a una empresa de vigilancia, cámaras y alarmas y le pagamos al vigilante del barrio.*
*Hace un mes dejé de pagar impuestos, suspendí el servicio a la empresa de vigilancia y al celador del barrio le dije que ya no le iba a pagar. Coloque tres banderas en la casa: una de Pakistán, una de Afganistán y otra negra (estado islámico).*
*Ahora nos vigila la Policia las 24 horas, el ejército sigue a mi hijo hasta el colegio, la Policía Federal acompaña a mi esposa hasta el trabajo, a mí me sigue todo el día la Interpol, y a la casa no arriman ni los testigos de Gehová.*
*Nunca habíamos estado tan seguros...Jajajajaja*

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A la caída de Querétaro quedó prisionero de los Juaristas el General don Severo del Castillo, Jefe del Estado Mayor de Maximiliano. Fue condenado a muerte, y su custodia se encomendó al Coronel Carlos Fuero. A dos días de la ejecución dormía el Coronel cuando su asistente lo despertó. El General Del Castillo, le dijo, deseaba hablar con él. Se vistió de prisa Fuero y acudió de inmediato a la celda del condenado a muerte. No olvidaba que don Severo había sido amigo de su padre.

Carlos .̶ le dijo el General ̶.. .perdona que te haya hecho despertar. Como tú sabes me quedan unas cuantas horas de vida, y necesito que me hagas un favor. Quiero confesarme y hacer mi testamento. Por favor manda llamar al padre Montes y al licenciado José María Vázquez. Mi General. ̶ respondió Fuero ̶ no creo que sea necesario que vengan esos señores.

¿Cómo?. .̶ se irritó el General Del Castillo. ̶ . Deseo arreglar las cosas de mi alma y de mi familia, ¿y me dices que no es necesario que vengan el sacerdote y el notario?.

En efecto, mi General – repitió el Coronel republicano. ̶ . No hay necesidad de mandarlos llamar. Usted irá personalmente a arreglar sus asuntos y yo me quedaré en su lugar hasta que usted regrese.

Don Severo se quedó estupefacto. La muestra de confianza que le daba el joven Coronel era extraordinaria.

Pero, Carlos — le respondió emocionado—. ¿Qué garantía tienes de que regresaré para enfrentarme al pelotón de fusilamiento?

Su palabra de honor, mi General —contestó Fuero—.

Ya la tienes —dijo don Severo abrazando al joven Coronel—. Salieron los dos y dijo Fuero al encargado de la guardia. El señor General Del Castillo va a su casa a arreglar unos asuntos. Yo quedaré en su lugar como prisionero. Cuando él regrese me manda usted despertar.

A la mañana siguiente, cuando llegó al cuartel el superior de Fuero, General Sostenes Rocha, el encargado de la guardia le informó lo sucedido. Corriendo fue Rocha a la celda en donde estaba Fuero y lo encontró durmiendo tranquilamente. Lo despertó moviéndolo.

¿Qué hiciste Carlos?, ¿por qué dejaste ir al General?

Ya volverá —le contestó Fuero—. Si no, entonces me fusilas a mí y asunto arreglado. En ese preciso momento se escucharon pasos en la acera.

¿Quién vive? — gritó el centinela. ¡México! —respondió la vibrante voz del General Del Castillo—. Y un prisionero de guerra. Cumpliendo su palabra de honor volvía Don Severo para ser fusilado.

El final de esta historia es muy feliz. El General Del Castillo no fue pasado por las armas. Rocha le contó a don Mariano Escobedo lo que había pasado, y éste a don Benito Juárez. El Benemérito, conmovido por la magnanimidad de los dos militares, indultó al General y ordenó la suspensión de cualquier procedimiento contra Fuero. Ambos eran hijos del Colegio Militar; ambos hicieron honor a la Gloriosa Institución.

En principio, el origen de la palabra “fuero”, aceptando la historia que nos cuenta Armando Fuentes, tiene como sustancia la idea del privilegio que gozan, y quizá deban gozar, la gente de honor. Luego entonces, la clase política actual reconoce al “fuero” como una condición que permite la corrupción y la impunidad. Si seguimos la misma lógica, evidentemente, la clase política carece del honor necesario para disfrutar de ese fuero. Quizá en un futuro no muy lejano, y lo digo a manera de deseo, el honor pueda ser la condición que caracterice a la clase política.



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