Como he dicho muchas veces antes, no importa tanto la raza, pero cuando una comunidad se ve sumida eternamente en la pobreza, falta de educación y de oportunidades de progreso, madres solteras (con muchos hijos), padres ausentes, familias no funcionales, ambiente dominado por bandas de mafiosos violentos, cultura generalizada de no respeto a la ley ni el orden, donde sólo impera la ley de la supervivencia y del mas fuerte, altos índices de natalidad no sustentables con los recursos con que cuentan, dependencia eterna del estado y la beneficienciencia, elevadísimos índices delictivos y de violencia, elevadísimos porcentaje de jóvenes que pasan buena parte de su juventud en correccionales y cárceles (perfeccionándose y eternizándose en su sistema de vida), etc., no hay mucho que se pueda esperar de ella, ni hay que extrañarse que el resto de las comunidades vecinas y la policía los miren de manera diferente, con mucho cuidado, recelo y hartazgo. Y por otro lado los habitantes de estos barrios ven a cualquiera que quiera imponerles reglas que serían normales para el resto de la sociedad como invasores. Esto sucede en todos los barrios bajos de latinoamérica y el mundo.
Ver qué porcentaje de culpa de esta penosa situación corresponde a la sociedad (y dentro de esta a los ricos y poderosos), y cuánto a los propios habitantes del guetto/barriada/favela es algo complejo, y que seguramente merece todo otro tópico completo.
Y más aún ver si las políticas populistas realmente dan resultado o no.