Berettaman7
Miembro de la Vieja Guardia
El General Vicente Filisola.
Nace don Vicente Filisola en 1785 en Ravello, reino de Nápoles; pasa de allí a España para luchar en contra de los franceses cuando la intervención napoleónica, para después venir a México con las tropas realistas.
Ya aquí, será uno de los primeros oficiales en secundar el Plan de Iguala, y el primero en entrar con el Ejército Trigarante a la ciudad de México. En el mismo año será nombrado, por Iturbide, capitán general y jefe político superior de Guatemala, en el momento en que Centroamérica proclama su independencia de España y se une a México como parte integrante del Imperio Mexicano; con este cargo somete Filisola a los sublevados de San Salvador que no querían anexarse a México.
Al proclamarse el Plan de Casa Mata, se adhiere a éste, traicionando por lo tanto la causa iturbidista. Tanto fue criticada su actuación en Centroamérica, que en 1824 escribió su primera obra justificativa: La cooperación de México en la independencia de Centro América.
Tuvo después varios cargos como comandante general y en el año de 1829 combatió contra la expedición de Barradas; en 1831, por medio de su apoderado, José María de Aguirre, contrató con el gobierno grandes porciones de terrenos en Texas para colonizarlos con seiscientas familias extranjeras, o sea que desde entonces tuvo intereses, básicamente económicos, en aquella región.
En 1832 fue vocal del Supremo Tribunal de Guerra, y apenas instalado el gobierno federal emanado de los Convenios de Zavaleta, fue nombrado comandante general de los Estados Internos de Oriente con la comisión de marchar a pacificar Texas que ya estaba en plena efervescencia y preparaba su segregación de la República. No había pasado un año cuando solicitó Filisola su relevo debido a una seria enfermedad y no contar, dice él, con recursos suficientes para pacificar aquella región.
De regreso a México en 1834, permaneció alejado de la vida pública hasta que al iniciarse la guerra con Texas ofreció sus servicios al gobierno, nombrándolo el general Santa Anna segundo en jefe del ejército a su mando. Se le ordenó que marchase a San Antonio Béjar, en ayuda del general Cos, pero antes de llegar nuestro personaje aquél ya había capitulado.
Después de varias acciones militares sobre las cuales no viene al caso alargarnos aquí, el 22 de abril de 1835 recibió la noticia del desastre de San Jacinto y de la prisión de Santa Anna. Filisola decidió retirar las tropas hasta el río Colorado con la intención, dice él, de preparar una nueva campaña. Recibió días después una carta de Santa Anna en la que le pedía que se retirase y suspendiese todas las hostilidades, órdenes que acató sin tener en cuenta que aquél, al ser prisionero, no tenía ya autoridad alguna sobre él.
El 12 de junio de 1835 recibió Filisola orden del Ministerio de Guerra de entregar el mando al general Urrea, quien había estado en contra de la retirada. Partió Filisola a la capital, resuelto a pedir que se le sometiera a un juicio; se le hizo un consejo de guerra ante el cual él se defendió, basándose en los partes oficiales, y quedando absuelto de los cargos que se le habían formulado.
Al poco tiempo, el gobierno le dio una prueba de confianza comisionándolo para que formase el plan de una nueva campaña contra Texas, comisión que no aceptó hasta ser absuelto por el consejo. Inmediatamente después, se fue a Matamoros como jefe del Ejército del Norte, encargado de reconquistar Texas; allí permaneció largo tiempo sin poder emprender formal operación alguna por falta de recursos. Fracasada dicha campaña Filisola volvió a México donde desempeñó el cargo de comandante general.
Se pierde de vista el General Filisola hasta el año de 1848 en que lo es nombrado Presidente del Supremo Tribunal de Guerra y Marina, año en que principió a publicar, en el folletín de El Universal, sus Memorias sobre la guerra de Texas. Según Genaro García, esta obra la había escrito por el año de 1840.
Murió el General Vicente Filisola el 23 de julio de 1850 en una epidemia de cólera que asoló al país a mediados del siglo XIX.
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