Se llamaba Hugo. Orillaba los 40 años cuando fundó en Metzingen, la pequeña ciudad donde nació, un pequeño negocio de confecciones.
Seis años después fue a la quiebra. Desesperado, en 1931 ingresó en el Partido Nacional Socialista y ahí su vida cambió para mejor.
Proveedor exclusivo de los uniformes negros de las SS (Schutzstaffel), de la Juventud Hitleriana y de otras organizaciones nazis (siempre muy preocupadas por la elegancia), ganó millones entre 1934 y 1945, y, para poder cumplir con los pedidos, la solución fue apelar a la mano de obra, lógicamente barata, de los prisioneros de guerra.
Luego de la derrota del III Reich, fue llevado ante los tribunales, pero se salvó, siendo condenado a indemnizar a las familias de los trabajadores forzados.
Ah, sí: el nombre completo del hombre era
Hugo Boss!.elos:elos:elos:elos:elos:elos:elos:elos:
Seis años después fue a la quiebra. Desesperado, en 1931 ingresó en el Partido Nacional Socialista y ahí su vida cambió para mejor.
Proveedor exclusivo de los uniformes negros de las SS (Schutzstaffel), de la Juventud Hitleriana y de otras organizaciones nazis (siempre muy preocupadas por la elegancia), ganó millones entre 1934 y 1945, y, para poder cumplir con los pedidos, la solución fue apelar a la mano de obra, lógicamente barata, de los prisioneros de guerra.
Luego de la derrota del III Reich, fue llevado ante los tribunales, pero se salvó, siendo condenado a indemnizar a las familias de los trabajadores forzados.
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