Berettaman7
Miembro de la Vieja Guardia
Invasión Filibustera de Baja California
Invasión Filibustera de Baja California
Enero de 1911.
Introducción
Semblanza Histórica
El 1o. de Enero de 1867 se crea el Partido Norte de la Baja California, con sede en Santo Tomás. Al descubrirse oro en Real del Castillo en 1872, hubo tal afluencia de gente, que se trasladó el Gobierno a dicho mineral. Al decaer la explotación en 1882, pasa a Ensenada, designándose Sub-Prefecto a Antonio Jáuregui. Así Ensenada, a pesar de ser una especie de rancho con unas cuantas casa de adobe y chozas, llega a convertirse en sede del Gobierno del Partido Norte.
En 1910, bajo la influencia del Partido Liberal Mexicano, dirigido desde Los Ángeles por Ricardo y Enrique Flores Magón, Baja California se une a la Revolución Maderista y, debido a los numerosos extranjeros que había en sus filas, se les tacha de filibusteros por los Porfiristas, quienes afirmaban que los Magonistas querían entregar este Territorio a E.U.A.
El 29 de Enero de 1911, José María Leyva toma el poblado de Mexicali con 17 hombres, los que luego aumenta a 125. El 15 de Febrero, el Coronel Federal Celso de la Vega, con 95 soldados de línea y 60 voluntarios, ataca y es derrotado, por lo que se dedica a propalar la versión del filibusterismo, haciendo que numerosos Bajacalifornianos se unieran a los federales.
Tren atestado de Mercenarios
Aunque la península de Baja California no había sido incluida dentro de los términos del Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848, Estados Unidos mostró interés en adquirirla en el transcurso de sus negociaciones para la compra de la Mesilla en 1853. No obstante, debido a las complicaciones potenciales que tal adquisición implicaría, se contentó por lo pronto con la compra de aquellas porciones de terreno que constituyen hoy en día los límites sureños de los estados de Nuevo México y Arizona.3 A lo largo de la década de 1850, debido a la lejanía e inaccesibilidad del territorio relativo al centro de México, varios aventureros y filibusteros lanzaron una serie de ataques contra Baja California y el estado de Sonora, con la intención de apoderarse de las dos regiones y posteriormente incorporarlas a Estados Unidos. Entre estas invasiones, cabe destacar las dirigidas por Joseph Morehead el sur de Baja California en 1851, las de los franceses Charles de Pindray y Gastón Raousset de Boulbon contra Sonora en 1852 y 1854, las de William Walker en el norte de la península en 1853 y 1854, y la de Henry A. Crabb, quien penetró a Sonora con una pequeña fuerza armada en 1857. Sin excepción, los invasores fueron derrotados por los mexicanos y expulsados de estas regiones, y después de 1857, con la excepción de los intentos filibusteros infructuosos dirigidos por los estadounidenses J.K. Mulkey, B.A. Stephens, Augustus Merril, Edward Hill, J.F. Janes y otros de 1888 a 1890.
La Avenida Revolucion, Tijuana, en 1911.
El territorio de Baja California permaneció estancado a causa de su terreno inhóspito, así como por la distancia y las barreras geográficas (particularmente el desierto de Altar en Sonora) que lo separaba del resto de la república. El carácter aislado y subdesarrollado de la región no despertó mucho interés entre los inversionistas mexicanos. En consecuencia, hacia finales de la década de 1880, el presidente Porfirio Díaz, como parte de su política de atraer a México las inversiones extranjeras con objeto de acelerar el desarrollo económico del país, permitió que los estadounidenses y otros extranjeros compraran terrenos y que tuvieran acceso a los recursos naturales de la península. El desarrollo rápido del suroeste de Estados Unidos durante este mismo período creó una demanda importante en la adquisición de materias primas mexicanas y mano de obra barata. La gente y los productos podían pasarse fácilmente a Estados Unidos por los cruces fronterizos de Calexico-Mexicali y Tijuana-San Diego; de hecho, durante este período los residentes de Baja California tenían más contacto con Estados Unidos que con su propio país.
Hasta aqui la Introduccion.
Rafael Solorzano
Invasión Filibustera de Baja California
Enero de 1911.
Introducción
Semblanza Histórica
El 1o. de Enero de 1867 se crea el Partido Norte de la Baja California, con sede en Santo Tomás. Al descubrirse oro en Real del Castillo en 1872, hubo tal afluencia de gente, que se trasladó el Gobierno a dicho mineral. Al decaer la explotación en 1882, pasa a Ensenada, designándose Sub-Prefecto a Antonio Jáuregui. Así Ensenada, a pesar de ser una especie de rancho con unas cuantas casa de adobe y chozas, llega a convertirse en sede del Gobierno del Partido Norte.
En 1910, bajo la influencia del Partido Liberal Mexicano, dirigido desde Los Ángeles por Ricardo y Enrique Flores Magón, Baja California se une a la Revolución Maderista y, debido a los numerosos extranjeros que había en sus filas, se les tacha de filibusteros por los Porfiristas, quienes afirmaban que los Magonistas querían entregar este Territorio a E.U.A.
El 29 de Enero de 1911, José María Leyva toma el poblado de Mexicali con 17 hombres, los que luego aumenta a 125. El 15 de Febrero, el Coronel Federal Celso de la Vega, con 95 soldados de línea y 60 voluntarios, ataca y es derrotado, por lo que se dedica a propalar la versión del filibusterismo, haciendo que numerosos Bajacalifornianos se unieran a los federales.
Tren atestado de Mercenarios
Aunque la península de Baja California no había sido incluida dentro de los términos del Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848, Estados Unidos mostró interés en adquirirla en el transcurso de sus negociaciones para la compra de la Mesilla en 1853. No obstante, debido a las complicaciones potenciales que tal adquisición implicaría, se contentó por lo pronto con la compra de aquellas porciones de terreno que constituyen hoy en día los límites sureños de los estados de Nuevo México y Arizona.3 A lo largo de la década de 1850, debido a la lejanía e inaccesibilidad del territorio relativo al centro de México, varios aventureros y filibusteros lanzaron una serie de ataques contra Baja California y el estado de Sonora, con la intención de apoderarse de las dos regiones y posteriormente incorporarlas a Estados Unidos. Entre estas invasiones, cabe destacar las dirigidas por Joseph Morehead el sur de Baja California en 1851, las de los franceses Charles de Pindray y Gastón Raousset de Boulbon contra Sonora en 1852 y 1854, las de William Walker en el norte de la península en 1853 y 1854, y la de Henry A. Crabb, quien penetró a Sonora con una pequeña fuerza armada en 1857. Sin excepción, los invasores fueron derrotados por los mexicanos y expulsados de estas regiones, y después de 1857, con la excepción de los intentos filibusteros infructuosos dirigidos por los estadounidenses J.K. Mulkey, B.A. Stephens, Augustus Merril, Edward Hill, J.F. Janes y otros de 1888 a 1890.
La Avenida Revolucion, Tijuana, en 1911.
El territorio de Baja California permaneció estancado a causa de su terreno inhóspito, así como por la distancia y las barreras geográficas (particularmente el desierto de Altar en Sonora) que lo separaba del resto de la república. El carácter aislado y subdesarrollado de la región no despertó mucho interés entre los inversionistas mexicanos. En consecuencia, hacia finales de la década de 1880, el presidente Porfirio Díaz, como parte de su política de atraer a México las inversiones extranjeras con objeto de acelerar el desarrollo económico del país, permitió que los estadounidenses y otros extranjeros compraran terrenos y que tuvieran acceso a los recursos naturales de la península. El desarrollo rápido del suroeste de Estados Unidos durante este mismo período creó una demanda importante en la adquisición de materias primas mexicanas y mano de obra barata. La gente y los productos podían pasarse fácilmente a Estados Unidos por los cruces fronterizos de Calexico-Mexicali y Tijuana-San Diego; de hecho, durante este período los residentes de Baja California tenían más contacto con Estados Unidos que con su propio país.
Hasta aqui la Introduccion.
Rafael Solorzano
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