La nota mas amplia
En cuestión de segundos, Alfredo Sandoval de 50 años, tomó la decisión más importante de su vida: su familia o los ladrones. Y sin dudarlo, disparó. Tres presuntos ladrones cayeron abatidos.
El propietario del yonke “El Hoyo”, ubicado en las calles Garduño e Internacional de Puerto Palomas de Villa, accionó su pistola semiautomática calibre .380 contra las personas que por la fuerza irrumpieron en su casa la madrugada del domingo y les gritaron: “tírense todos al piso, este es un asalto”.
Alfredo ahora está preso. Su familia confía que en las próximas horas será liberado por el Ministerio Público una vez acreditada la legítima defensa.
Al respecto, representantes de sectores sociales consideraron que las personas que matan a sus presuntos agresores en defensa de su vida, de su familia o sus posesiones, deben ser tratadas como víctimas y no como delincuentes, dado que la criminalidad ha obligado a muchos a enfrentarse a quienes los atacan.
De allí que manifestaran que Alfredo Sandoval ni siquiera debe pisar la cárcel porque actuó de esa manera para proteger a su familia.
Como el caso de Alfredo aquí se han registrado otros, como el sucedido el jueves pasado en Galerías Tec, cuando un civil se enfrentó a uno de los asaltantes que mataron a un agente de la Policía Municipal.
También se encuentra el caso de Alejo Garza Támez, propietario del rancho San José en Ciudad Victoria, Tamaulipas, quien a sus 77 años se enfrentó a un grupo de narcos extorsionadores que le habían puesto un ultimátum y acabó con la vida de cuatro de ellos e hirió a dos más, antes de morir acribillado.
“Qué puede hacer uno, es la vida de su familia la que está en juego y la realidad es que la autoridad aquí no hace nada”, dijo un vecino de la familia Sandoval.
“Cuando se defiende a la familia o la vida de uno, se justifica matar. El vecino estaba en su casa, a medianoche y ellos (los fallecidos) llegaron a atacarlo, claro que se vale”, opinó otro.
Ambos ciudadanos declinaron proporcionar sus datos ante el temor a represalias.
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó ayer que los probables ladrones muertos fueron identificados oficialmente como José Luis Camacho Miranda, de 40 años, con domicilio en la calle Sandino, de la colonia México 68 en esta ciudad; Esteban Encarnación Córdova Duarte, de 28 años y radicado en la calle Capulín en la colonia El Granjero y Juan Ruiz Luévano, de 26 años, con domicilio en la colonia Postal.
De manera extraoficial trascendió que el grupo pertenecía a la organización autonombrada “La Línea” y era la primera vez que era visto en esa comunidad.
Salvador Urbina Quiroz, presidente del Consejo de Vigilancia de la Confederación Nacional de Abogados de México, expuso que ya es frecuente que los ciudadanos repelan atentados con el fin de proteger su patrimonio, la vida propia y la de su familia, debido a la incapacidad del gobierno de proporcionar seguridad a la ciudadanía.
El abogado agregó que al momento en que la población realiza este tipo de acciones solamente ejerce su derecho de legítima defensa, lo cual está articulado en la Constitución.
“Artículo 10 de la Constitución permite realizar esa legítima defensa, siempre y cuando lo haga con armas que son legalmente registradas y que se encuentre (la persona) en peligro de su vida, su patrimonio y la de su familia”, argumentó.
Expuso que todos los ciudadanos contamos con este derecho, aunque en la mayoría de las ocasiones la población lo desconoce, y cómo efectuarlos en un momento dado.
Consideró que el hombre que defendió su patrimonio es un héroe, sin embargo, podría estar al margen de la ley en caso de que el arma que utilizó no se encuentre registrada ante las autoridades.
“La ciudadanía debe de conocer sus derechos y garantías, también es una obligación de las autoridades darlas a conocer, para actuar en estos momentos tan ácidos”, añadió.
Inicialmente trascendió que el comerciante había sido víctima de un intento de secuestro, posteriormente la autoridad informó que fue un robo con violencia en grado de tentativa.
Incluso, hubo versiones de que en el poblado había una masacre con 10 personas muertas, lo que también fue aclarado por las autoridades estatales.
El criminólogo Óscar Máynez Grijalva manifestó que el hombre se encontraba legalmente en su derecho, pues se trataba de una defensa.
“Legalmente está en su derecho. Si entran a tu propiedad, tienes el derecho de defenderte y es legal tener armas en su casa. Legalmente no hizo nada malo, sobre todo por la situación que estamos viviendo. Desde el punto de vista legal, la persona hizo lo correcto, no los mató para ajusticiarlos y ante la psicosis real que existe, exacerbado es algo racional”, argumentó.
Expuso además que el Gobierno debe tomar medidas radicales y sincerarse, en el sentido de que no puede combatir la problemática de inseguridad.
“Debe permitir (el gobierno) que la sociedad se arme, porque una de las ventajas que tienen los delincuentes sobre la ciudadanía es que están armados y el Estado es muy estricto en no armarnos, entonces nos tiene completamente desamparados”, refirió.
Hugo Almada Mireles, académico e integrante de la Mesa de Seguridad del programa “Todos Somos Juárez”, expresó que “no es una cuestión a festejar, de cualquier manera. Es difícil que una persona se vea obligada a defenderse de esta manera. Es algo muy delicado, debido a la situación en que vivimos. Cuando haya avances en materia de seguridad espero que se puedan evitar este tipo de situaciones”.
Asimismo, lectores de El Diario Digital opinaron que este tipo de actos se deben a la ineficiencia de las autoridades, así como felicitaron al hombre por haber reaccionado de esta manera.
El usuario identificado como “exiliadovp”, se refirió a Alfredo Sandoval como “otro héroe” que repele agresiones de personas que cometen delitos.
“Qué bueno que hayan muerto estos cobardes, espero que esta clase de cobardes sigan cayendo y que este hombre reciba una recompensa por capturar/matar estos delincuentes”, cita textualmente el usuario identificado como “richard”.
Los hechos en Palomas
Valor, miedo, instinto de protección hacia sus seres queridos y una pistola calibre .380 con siete casquillos útiles bastaron para que Alfonso Sandoval decidiera enfrentarse a tres hombres fuertemente armados que, con un pico, destrozaron la puerta de su casa y se introdujeron en ella.
Eran aproximadamente las tres y media de la mañana del domingo cuando el comerciante escuchó ruidos en la parte principal de la vivienda.
Toda la familia dormía y cuando él despertó, sus seres queridos también empezaron a abrir los ojos sobresaltados por los ruidos en el exterior de la casa situada a menos de 100 metros de la línea fronteriza entre Puerto Palomas y Columbus, Nuevo México.
El yonkero observó cuando tres hombres vestidos a la usanza policial (pantalón y camisas en color azul marino) estaban rompiendo el candado de la reja principal, así que del cajón de su armario sacó la pistola y tras confirmar que estaba el cargador abastecido se acercó a la sala.
Alfonso Sandoval llamó al 089 y tras decir que hombres armados estaban entrando a su casa pidió auxilio. El Centro de Mando (C-4) notificó a la comandancia de Policía Municipal y los agentes municipales acudieron al llamado.
Sandoval también llamó a la comandancia de la Agencia Estatal de Investigaciones y les explicó a los agentes la situación.
Todos los policías se prepararon para un enfrentamiento con hombres armados, pero cuando llegaron al lugar, el comerciante ya había actuado en defensa de su vida y la de sus seres queridos.
La policía ministerial recibió el llamado a las 3:40 horas, a las 3:50 que llegó al lugar sólo encontró los cadáveres, dos dentro de la casa y uno más en el porche. Un cuarto cómplice logró escapar, de acuerdo con versiones extraoficiales.
“Nosotros recibimos el llamado del C-4 y fuimos al lugar, pero cuando llegamos ya estaban las personas muertas”, se justificó uno de los mandos policiales de Seguridad Pública quien rechazó aportar mayores datos respecto a este hecho violento.
El parte policial emitido en la agencia del Ministerio Público en el Distrito Galeana establece que los fallecidos portaban uniforme táctico en color azul marino, todos llevaban los rostros cubiertos con capuchas, uno de ellos llevaba chaleco antibalas y portaban armas de fuego de grueso calibre.
El primer cuerpo quedó inerte en el exterior de la vivienda, a lado de la puerta de entrada. Esta persona vestía, además del uniforme, un chaleco antibalas y en la cintura llevaba fajada una pistola, calibre .357 Magnum, con cinco cartuchos útiles.
El segundo cuerpo fue localizado en el porche de la casa apoyado sobre la pared.
Vestía el mismo uniforme táctico que su cómplice y llevaba además una fornitura en la cintura, donde traía enfundada una pistola calibre .45.
Esta persona portaba un fusil de asalto AK-47, conocido como “cuerno de chivo” y en las bolsas traseras del pantalón portaba dos cargadores abastecidos.
El tercer cuerpo también vestía el uniforme táctico y traía fajada en la cintura pistola escuadra calibre .45.
A un costado del cuerpo quedó un fusil 7.62 x 39 milímetros, con un tiro en la recámara y el cargador abastecido en su totalidad.
El propietario de la vivienda y negocio (situado a un lado) esperó a que la autoridad investigadora llegara, entregó el arma de fuego y explicó lo ocurrido.
El personal de la Policía Estatal Investigadora notificó a la Unidad Especializada en la Escena del Crimen destacamentada en Nuevos Casas Grandes, para que acudieran al lugar de los hechos a realizar el aseguramiento de evidencias materiales y el levantamiento de los cadáveres.
Los cuerpos fueron identificados por sus seres cercanos, quienes ayer realizaban los trámites correspondientes para proceder al traslado de los cadáveres a Ciudad Juárez, ya que los tres eran originarios y residentes de esta frontera.
El personal de la PEI destacó que el comerciante empleó 5 balas para privar de la vida a sus agresores. Dos de ellos presentaron dos heridas de bala y uno, el que portaba el chaleco recibió un disparo mortal.
“Los cuerpos quedaron dentro de la propiedad privada, el comerciante portaba un arma de fuego, permitida por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y ellos fueron los que irrumpieron de manera violenta a la casa, hay evidencias de que utilizaron un talacho (pico) para forzar la puerta y que gritaron que era un asalto, en conclusión la persona obró en legítima defensa”, dijo un agente entrevistado al respecto.
Indicó que la familia espera la resolución del Ministerio Público adscrito en Nuevo Casas Grandes y se presume que en las próximas horas el comerciante será liberado antes de cumplirse las 48 horas de su detención para investigación.
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