Se trataba de la primera arma semiautomática construida en serie en el mundo, que reemplazó los rifles de cerrojo utilizados por todos los ejércitos del mundo. Su creador fue un general mexicano de nombre Manuel Mondragón, quien lo patentó en 1887 con el apoyo Porfirio Díaz, el dictador que gobernó México durante siete periodos, entre 1876 y 1911.