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Carta de un familiar víctima de secuestro

Ensenada_baja

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Carta de un familiar víctima de secuestro

Carta íntegra de un familiar de una víctima de secuestro en esta ciudad

http://www.frontera.info/EdicionEnLinea/Notas/Noticias/08052008/302945.aspx

Quiero escribir lo que le sucedió a mi familia.
El 24 de julio del 2007 secuestraron a mi hermano Celso Katzuo Enríquez Nishikawa. Él tenía 35 años, era padre de una niña de 4 años, y tenía una familia que lo amaba.

Siempre fue un hombre muy recto, trabajador, honrado y cariñoso. Estudió ingeniería cibernética electrónica en Mexicali, tenía su propio negocio de subensamble. Era cinta negra tercer dan en aikido, y segundo de su maestro. Le gustaba andar en moto.

Siempre fue una persona dispuesta a ayudar a los que estábamos a su alrededor: Si le llamabas y le pedías algo, desde arreglar la computadora hasta mover un mueble o escuchar tus problemas, él estaba ahí.

Nunca le hizo daño a nadie. Fue una persona muy querida por todos quienes lo conocimos.

Cuando me dijeron que lo habían secuestrado sentí como que me quitaban el piso. Mi vida y la de mi familia cambió por completo. Fueron 9 meses y 7 días.

Esto es lo que recuerdo:
Al principio el terror te paraliza, luego te desgasta poco a poco, pierdes la noción de la seguridad, la tranquilidad, la normalidad.

Pasas el tiempo pensando ¿pasará calor, ¿pasará frío, padecerá hambre?, ¿qué comerá?, ¿se podrá bañar?, ¿lo picarán los bichos?, ¿está amarrado?, ¿le pegan? ¿lo torturan? ¿tendrá ropa? ¿usará siempre la misma ropa?... ¡¿Cuándo lo van a soltar?!

Y luego las llamadas, las exigencias totalmente irracionales de reunir cantidades imposibles, y la presión de mantener en secreto lo del secuestro bajo la amenaza de matar a mi hermano, mucha presión y tortura sicológica.

Tengo en presente el grito de mi mamá cada vez que sonaba el teléfono; la palidez del rostro de mi padre, y el secuestrador con claro acento norteño, insultando, presionando y exigiendo. A veces sonaba tomado o drogado, a veces sólo se mostraba como aburrido mientras decía sin reparo todas las atrocidades que le pensaba hacer a mi hermano, o amenazaba con hacerme daño a mí –su hermana– o venir por mi hijo adolescente.

Queríamos oír la voz de mi hermano, queríamos saber que estaba bien; pero cuando nos lo comunicaron fue sólo para que escucháramos cómo lo lastimaban.

No hay palabras para describir el terror, no las hay. No son suficientes.

Luego, el 9 de noviembre llegó el día del pago. Aparentemente los secuestradores habían aceptado la cantidad que habíamos podido reunir, todos nuestros ahorros, el remate de lo que pudimos vender y los préstamos de todos nuestros familiares y amigos.

Seguimos las instrucciones al pie de la letra, el pago lo hizo un ahijado de mi papá a quien estimamos muchísimo y le tenemos toda la confianza. Y esperamos.

Pasamos la noche en vela pensando que en cualquier momento regresaría Celso. Pero no regresó. Al día siguiente llamaron los secuestradores para decirnos que el dinero reunido no era suficiente, que querían más, y nos comunicaron a Celso para que supiéramos que estaba vivo.

La pesadilla continuó; las llamadas, la búsqueda de liquidez, las mentiras nuestras hacia los demás para ocultar la ausencia de Celso y proteger su vida; las noches esperando la llamada: “¡¿Cuánto llevas?!...
¡No júntale más, eso no me sirve de nada. Apúrate pa’que te lo lleves en Navidad!”

Unos días antes de Navidad hicimos el segundo pago. No nos comunicaron con Celso pero nos respondieron una pregunta que sólo el podía contestar, era la preciada “prueba de vida”.

Como la vez anterior, el ahijado de mi papá fue quien hizo el pago siguiendo todas las instrucciones.

Le dijeron a mi papá: “En media hora vas a ver a tu morro…”
Pasamos la noche en vela. El siguiente día estuvimos esperando, mi primo y mi prima –que son como hermanos– se quedaron en la casa varias noches haciendo guardia, día y noche esperando a que llegara Celso. Pero cada mañana era la desilusión de un día más sin ver a mi hermano regresar.

Si sonaba el teléfono, si tocaban al timbre, todo ponía la casa en alerta. Pasó Navidad, pasó Año Nuevo y ni una palabra.

Cada día la expectativa se tornaba en desilusión. Cada día el desaliento se apoderaba de todos. Cada quien llorábamos de miedo por nuestra cuenta, yo donde nadie me viera; mis padres abrazados, no nos mirábamos a los ojos, para no reconocer en el otro lo que estábamos pensando.

La casa nunca se quedó sola en esas seis semanas, pensando que en cualquier momento mi hermano podía regresar. Nunca nos perdimos las noticias, todas las versiones, todos los días, todos los periódicos.

Preguntamos en Semefo, en hospitales, en la Cruz Roja.
Cada noche, en punto de las 20:00 horas, familiares y amigos, rezábamos por mi hermano dondequiera que estuviéramos.

Después de seis semanas de silencio se reanudaron las llamadas, mucho más esporádicas que antes, pero menos agresivas. Decían cosas como: “A tu hijo le decimos El Chino”, “es muy buena onda”, “está muy deprimido, ¡apúrate pa’ que te lo lleves!”. Pero en cada ocasión mi papá les pidió prueba de vida y todas las veces se rehusaron a darla, al tiempo que decían cosas para tratar de convencerlo de que aún lo tenían.

Cuando llegó la llamada de ayer, 1 de mayo, en la que pedían un tercer pago, todo se preparó de acuerdo con las instrucciones de los secuestradores. Nos pidieron hasta una cobija para Celso y una sudadera.

Nos dijeron que prácticamente iba a ser un intercambio, que se saliera el muchacho que hace los pagos en carro y se parara en la parte más oscura y sola de la colonia Chapultepec California, en la segunda salida un poco antes del banco, y que cuando él estuviera ahí nos comunicarían a Celso.

Mi papá les dijo que haría lo que le pidieran y que sólo le comunicaran a su hijo; pero se negaron. Pidió que entonces le hicieran una pregunta determinada, pero también se negaron.
 
Continuaron las llamadas, fueron unas ocho veces más, insistiendo que querían el carro con el dinero donde lo habían pedido. Todas las veces mi papá les dijo: “Aquí está el carro y el dinero listo, sólo quiero saber que mi hijo está vivo, y mi ahijado llegará a donde usted quiere en un minuto”.

Pero todas las veces se negaron y luego comenzaron las amenazas: “Abraza a tu hija, porque es la última vez que la ves”, “si no me pones el dinero donde te dije, voy a ir a matar a toda tu familia, y te voy a dejar vivo para que sufras”.

Desde que vimos que no nos querían dar la prueba de vida, supimos lo que había pasado. Ya nos lo habían explicado diferentes personas enteradas en estos temas varias veces: Si no te dan prueba de vida, quiere decir que ya mataron a la víctima, no hay razón para que ellos no den la prueba de vida si ya tienen todo listo para cobrar.

Sabíamos que no podíamos poner en peligro al ahijado de mis papás y que no íbamos a recompensar a estas personas después de lo que habían hecho.

Además, ese mismo día nos dimos cuenta de que afuera de la casa rondaban dos autos grandes (después supimos que eran tres). Así que, después de la última llamada de esa noche, apagamos las luces y nos dispusimos a esperar.

Veíamos afuera las luces de los dos autos que se movían hacia enfrente, hacia atrás, y nosotros nos mantuvimos vigilando.

Al poco tiempo de haber apagado las luces escuchamos que alguien intentaba meterse a la casa. Pero no pudieron, y empezó la balacera. Nunca en mi vida pensé estar en esa situación, nunca.

Mi papá nos defendió y nos salvó la vida, al igual que su ahijado. Entre los dos lograron repelerlos. A él, le estaremos por siempre agradecidos. Estas personas venían dispuestas a matarnos a todos; ni siquiera se habían tomado la molestia de taparse la cara. Después se fueron.

Cuando la amenaza era inminente yo llamé a los militares, me hicieron un sinnúmero de preguntas y hasta escucharon los balazos. A la persona que respondió la llamada le hice asegurarme que mandarían a alguien inmediatamente, pero nadie llegó. Me comuniqué también a la Policía Municipal, pero sólo hasta que les dije que había un cuerpo afuera de la casa acudieron.

A las pocas horas huimos de Tijuana, escoltados por la Policía Ministerial y con una maleta cada quien, dejando la vida, el trabajo, los amigos, nuestras cosas; absolutamente todo lo tuvimos que dejar atrás.

Ahora, –lo queda de mi familia– viviremos como refugiados de casa en casa; con miedo a que nos vean o nos encuentren.
Y les pregunto a ustedes, secuestradores: ¡¿Por qué?!

Mi familia es gente de trabajo. Todo lo que teníamos lo habíamos obtenido por nuestro trabajo de manera honesta. No hemos heredado, ni robado, ni nos sacamos la lotería. Mi papá llegó a Tijuana sin nada y todo lo hizo a base de esfuerzo y trabajo honesto durante 45 años. Mi mamá, médico general, miembro del Colegio Médico de Tijuana, ejerce desde hace más de 25 años por vocación, porque le gusta lo que hace; incluso, la mitad de las consultas que da ni siquiera las cobra. Entre ellos dos han pagado la escuela o la universidad a más de 20 jóvenes.

Son muchos los que han contado con la ayuda económica, moral y de todo tipo que mis papás les han brindado. Nunca negaron la ayuda a nadie. Ellos no fueron de lujos ni de apariencias, siempre trabajaron por lo que tenían, y siempre estuvieron dispuestos a ayudar.

Mi hermano tenía su propio negocio y yo me dedicaba a la construcción. Quien nos conoce sabe que somos gente honesta, gente de trabajo y gente buena. No es justo. No es justo.

Sé que a mi hermano no me lo van a regresar, y ¡cómo le pones precio a una vida!, al amor de mis padres por su hijo. La maldad de los secuestradores deja a una huérfana de 4 años, que quedará marcada para siempre por sus actos; dejan una comunidad temblando.

Somos humanos, sufrimos igual que ustedes, ninguna cantidad de dinero arrancada de esa forma les va a aprovechar, ¿cómo van a cambiar por beneficios para ustedes todo lo que nos hicieron sufrir?

Cómo les explico que yo quería tener a mi hermano toda la vida, que recuerdo su sonrisa cuando era niño y tenía unos dientotes, cuando se ponía capa para volar, cuando estaba embobado viendo la tele.

Cómo entenderán que siempre voy a extrañar el sonido de su risa y su voz haciendo bromas, y su mirada limpia, y cómo se quejaba igual que mi mamá, y se ponía serio de repente igual que mi papá.

Cómo explicarles que yo hubiera hecho cualquier cosa por evitarles este dolor a mis papás, que ustedes no tienen derecho de destrozar nuestras vidas tan cuidadosamente construidas.

Mi hermano, un poco antes de que lo secuestraran, le dijo a mi papá que le proponía dejar el país y se fuera al extranjero, por tanta inseguridad.

Después de todo lo sucedido el día de ayer, otra fuerte pérdida llegó, como consecuencia del gran impacto por la situación en la que estuvimos.

Este escrito representa el dolor, la angustia, el coraje que sentimos. Es un grito desesperado por una respuesta, una explicación, una esperanza, por exigir nuestras garantías, las cuales nunca tuvimos al vivir este infierno que no le deseamos a nadie, más aún cuando no pudimos acudir a quienes se les paga por proteger y servir, por combatir y cuidar, por velar que la seguridad de la ciudadanía no corra riesgos; pero desgraciadamente son los que protegen y ayudan a los criminales a lograr sus cometidos.

¿Hasta cuándo van a actuar? ¿Cuándo van a depurar a las distintas corporaciones municipales, estatales y federales de manera real y contundente? ¿Cuándo habrá verdaderas leyes que castiguen el delito de secuestro y el mal comportamiento de los elementos corruptos, y con penas que sirvan como ejemplo para que esto no se siga dando?

¿Qué va a pasar con nuestro país, con su gente buena?, ¿cuándo vamos a dejar de vivir acobardados y empezaremos a luchar por un futuro mejor para los hijos de México?

Yo amo a México y a Tijuana, es el lugar donde nací, es mi país, pero ya no se puede vivir aquí.
Adiós Tijuana.

Ing. Aiko Enríquez Nishikawa


http://www.frontera.info/EdicionEnLinea/Notas/Noticias/08052008/302945.aspx
 
A todos no entristece el estado actual del país, que mas quisiéramos que esto se arreglara, que se terminara la delincuencia y todos pudiéramos vivir en paz.

Si tienes dinero puede uno mudarse a un pais mas tranquilo, en donde te sientas mas seguro, si económicamente no te es posible no te queda de otra mas que vivir en tu tierra natal y tratar de llevártela tranquila.

El gobierno cada vez es mas engaño y basura, la situación dificil no es solo de México, en todos lados esta dificil, de quien te cuidas de los malandros o de los polis, aveces no es posible diferenciar uno del otro.

Muchas reformas, nuevas leyes, nuevas carreteras, pero en seguridad no veo mejoras, seguimos en las mismas, estamos en la jungla señores..

Hay que tener cuidado..
 
Hasta se me seco la garganta y se me pusieron los ojos vidriosos. Una mezcla de tristeza e impotencia. Lo peor de todo es que no es un caso aislado....
 
por cierto hoy en el periodico el norte (en Mty) salió una nota haciendo alusión a esta carta...

... que lástima que no se ve que exista un plan para atacar este problema del secuestro, y si existe, entonces no esta dando resultados... o será acaso que quienes estan en el poder no quieren que se resuelva esto? que intereses hay ahi de por medio?
 
La situacion que esta viviendo Tijuana esta muuuy Canija....

les recomiendo que lean los comentarios que hace la gente en la nota del periodico..
 
que pena tan grande esa gente no merese estar en libertad
ojala que pagen por mucho lo que an echo eso desdichados !!!!!
 
Que Dificil Situacion...

Hay que ser solidarios (nuestras oraciones estaran con ellos) con esa gente, y cuantos mas que estan en la misma situacion? la impunidad es la causante de que los malandros anden en la calle " al cabo no nos hacen nada y con una lana o una amenaza salimos" ese es el precio y la impunidad en los hechos genera desasociego en la sociedad que esta desarmada y no sabe ni puede defenderse, recuerdo al bocon de Fox en campaña diciendo lo mismo que de cada 100 delincuentes solo 4 van a la carcel, y que el y su gobierno iban a acabar con ese cancer, y ya vemos los resultados, y la verdad es que no hay ni a cual irle, veo al derredor y me pregunto que mundo le estamos dejando a nuestros hijos, se han perdido los valores y el temor a Dios ya que la gente que actua con tanta saña y sadismo creen que se saldran con la suya (PERO HAY UN DIOS Y SU JUSTICIA TARDE A TEMPRANO SE HARA), que triste situacion de nuestro pais y nuestras familias, estos casos nos llenan de rabia y dolor por las familias y sus seres amados. salud
 
Que tristeza.

Que tirsteza da saber de casos como ese, pero todo el pais esta sumido en lo mismo, la bronca es que ahora ya no necesitas tener un chorrocientos de dinero pa que te den el levanton, yo le platico a mi socio y amigo de la infancia, que hay que andar con mucho cuidado y si por mala suerte te toca, llora, grita, corre y agarrate a plomazos con ellos es preferible a que te lleven y quien sabe lo que te espera. tal vez la libres de un balazo a esperar la tortura y que estos p.... te terminen matando cobardemente.
y nuestros cerdos politicos cada dia nos atan mas las manos para poder defendernos.

saludos.
 
Una pena..

Creo que todos sentimos esa rabia sorda e impotente, ojala cuando decidamos defendernos de los delincuentes y politicos no sea demasiado tarde.
:angryf:
 
Compañeros, no se si se dieron cuenta al leer esta carta, pero el padre y el ahijado repelieron a los sicarios desde el interior de la casa, por lo mismo, estos debieron estar armados, si no fuera asi, la ubieran matado a toda la familia!!! Y luego dicen que las armas son malas!!!!!!!!!!
 
Que tremendo..!

Que triste situación! El secuestro es uno de los delitos mas crueles, si no es que el mas cruel que existe.., (además de que sufre la víctima, también sufren los familiares), nadamas de ponerte en los zapatos de quién narra esa vivencia, sientes una impotencia inmensa.., que coraje !
 
Es Triste Y Deprimente

saber o conocer casos como estos pero aparte de que hay un dios que lo ve y castiga todo el tambien nos dice ayudate que yo te ayudare, si el gobierno no nos puede poner un policia para que no esten cuidando, pues vamos cuidandonos nosotros en nuestro entorno, lo primero aunque todo mundo lo critique hacerse de una buen par de armas que si estan permitidas o no por nuestra sagrada legislacion, seria lo de menos, esos cabezones de los legisladores poco les importa si la sociedad esta sufriendo ellos si traen sus carros con escoltas armados hasta los lentes, ( porque casi con voltear a verte te quieren matar),
saludos y buena suerte
 
Mil palabras de consuelo no servin, no regresaran a tu hermano espero nunca suceda algo similar a mi familia an mi querido Cd. Juarez las cosas andan igual ANIMO MI HERTMANO A VELAR POR LOS QUE ESTAN CON NOSOTROS DIOS TE BENDIGA.
 
CHEQUEN ESTE VIDEO

http://www.liveleak.com/view?i=567_1178812461

SI ASÍ TRATARAMOS A ESTOS CABRONES SECUETRADORES AQUI EN MEXICO LES ASEGURO QUE HABRIA MUCHO MENOS DELINCUENCIA :guino1:

CUANDO PORFIRIO DIAZ ASI LOS CHINGABAN A LOS SALTEADORES DE CAMINOS, ASESINOS LADRONES ETC LOS FAMOSOS RURALESY DECIA MI BISABUELA QUE SI SE TE OLVIDABA ALGUN MORRAL O ALGO EN UN CAMINO POR EJEMPLO AHI LO ENCONTRABAS, SI EL PINCHE MIEDO NO ANDA EN BURRO

ERAMOS DE LOS PAISES MAS SEGUROS DEL MUNDO EQUIPARABLE A JAPÓN POR EJEMPLO
 
Última edición:
A que video tan Grafico..



Este post lo movieron los moderadores del foro..
pensarian que va mejor en el tema de chistes...que pena.


CHEQUEN ESTE VIDEO

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SI ASÍ TRATARAMOS A ESTOS CABRONES SECUETRADORES AQUI EN MEXICO LES ASEGURO QUE HABRIA MUCHO MENOS DELINCUENCIA :guino1:

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ERAMOS DE LOS PAISES MAS SEGUROS DEL MUNDO EQUIPARABLE A JAPÓN POR EJEMPLO
 
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