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Cazador empresario se defiende de sicarios

Estado
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descanse en paz Don Alejo. y gracias por la limpiadita que dio y del ejemplo que nos da
 
hola

es utópico e idealista pensar que las autoridades siempre nos van a defender...

Cada quien debe ver para su santo...

Eso es la realidad...


estoy de acuerdo con usted compañerno pero si es asi que al menos nos den la oportunidad de escojer nuestras armas y no limitarnos en calibres y no tratar de criminalisarnos por el solo hecho de poseerlas.
 
Dios tenga en su gloria a Don Alejo Garza Tamez, y de fortalez a su familia, horgullo de Mexico, Norteño de nacimiento, a sus 77 años demostro que cuando se tiene determinación y coraje de no ceder ni un centrimietro a esos envenenadores de la sociedad, traidores, cobardes, que seguramente se estan quemandose en el ifierno, ejemplo de valentía que el solo dejo a 4 muertos y 2 heridos, todos tenemos derecho a defendernos!
 
Descanse en paz un hombre valiente don alejo que no se dejo intimidar por cabrones y defendio lo suyo con lo que tuvo a su mano y que nos sirva de ejemplo atodos y cada uno de nosotros...vale mas morir de pie y no vivir toda una vida de rodillas.
 
Esos son hombre no chingaderas como los 4 que mato, descanse en paz un hombre en toda la extencion de la palabra que no se dejo intimidar por cabrones y se murio peleando como el mas valiente soldado defiendiendo lo suyo, mis respetos y admiracion, mi mas sentido pesame a su familia, ejemplo para todos nosotros. Estos son los hombres que merecen los corridos
 

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este tipo de noticias solo hace que me hierva la sangre de coraje, esos tipos hasta granadas utilizaron para matar a un hombre de 77 años que lo mas que pudo llegar a tener son escopetas, rifles de cerrojo y si bien le fue un semiautomatico.

Q.E.P.D
 
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Cuando elementos de la Marina-Armada de México llegaron al rancho San José, en las inmediaciones de la presa Padilla, a 15 kilómetros de Ciudad Victoria, Tamaulipas, vieron un escenario desolador: la austera casona principal estaba semidestrozada por impactos de bala y explosiones de granadas.
En la parte exterior de la finca había cuatro cuerpos. Cautelosos, con las armas listas, exploraron los alrededores y encontraron dos sujetos más heridos e inconscientes.
En el interior de la casa había un solo cuerpo, el de Don Alejo, dueño de la finca y empresario maderero, con dos armas a su lado y prácticamente cosido a tiros.
La inspección del rancho reveló que en todas las puertas y ventanas había armas y casquillos. Eso les permitió imaginar cómo se dio la batalla horas antes.
Los efectivos de la Marina buscaron más cuerpos en el interior de la vivienda, pero no hallaron más. Les parecía difícil creer que una sola persona hubiera causado tantas bajas a las atacantes con fusiles y pistolas de caza deportiva.
Decenas de cartuchos percutidos y el olor a pólvora evidenciaban la fiereza de quien peleó hasta el final en defensa de su propiedad.
Al final entendieron que aquel hombre había diseñado su propia estrategia de defensa para pelear solo, colocando armas en todas las puertas y ventanas.
La historia comenzó a escribirse la mañana del sábado 13 de noviembre, cuando un grupo de hombres armados y amenazantes fue a darle un ultimátum a don Alejo Garza Tamez, dueño del rancho: tenía 24 horas para entregarles el predio o se atendría a las consecuencias.
Con la diplomacia de sus casi ocho décadas de vida, don Alejo les dijo que no les entregaría su propiedad. Y ahí estaría esperándolos, les dijo con llaneza.
Después del incidente, reunió a sus trabajadores y con tono grave y enérgico les pidió que al día siguiente no se presentaran a trabajar, que lo dejaran solo.
Durante ese sábado se dedicó a hacer un recuento de sus armas y municiones y a preparar la estrategia de defensa de su casa como si fuera un cuartel militar.
Dispuso armas en los flancos más débiles: las puertas y las ventanas del rancho. La noche del sábado 13 fue larga y sin sueño, como en sus mejores épocas de caza, pero amaneció temprano. Poco después de las 4 de la mañana los motores de varias camionetas se oyeron lejos.
Los marinos que exploraron el rancho pudieron imaginar cómo fue aquella madrugada, con gatilleros armados, seguros de la impunidad, seguros de que pronto tendrían en su haber otra propiedad. Nadie, o casi nadie, se resiste a un contingente de pistoleros que portan armas largas. Sólo don Alejo.
Las camionetas entraron al rancho y se apostaron frente a la finca. Sus ocupantes descendieron, lanzaron una ráfaga al aire y gritaron que venían a tomar posesión del rancho. Esperaban que la gente saliera aterrorizada y con las manos en alto.
Pero las cosas no salieron como esperaban. Don Alejo los recibió a balazos y pronto un ejército entero disparaba contra la vivienda principal de la finca. El ranchero parecía multiplicarse y los minutos debieron parecerles eternos a quienes habían visto en él una presa fácil. Cayeron varios forajidos y los demás, enojados y frustrados, arreciaron el ataque. De las armas largas, los sicarios pasaron a las granadas.

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Paraje que lleva a la propiedad de don Alejo Garza Tamez. Foto: Especial

Cuando al fin llegó el silencio, el aire olía a pólvora. Los agujeros en los muros y ventanas de la estructura indicaban la violencia del ataque. Cuando entraron en busca de lo que suponían era un amplio contingente, les sorprendió hallar a uno solo. Don Alejo.
Los sicarios sobrevivientes hiceron un rápido reconocimiento del terreno y optaron por abandonar la plaza. No se apoderaron del rancho, porque pensaron que pronto llegarían los militares y prefirieron huir. Dejaron lo que creyeron eran seis cadáveres, pero dos pistoleros estaban heridos.
Poco después llegaron los infantes de Marina y, poco a poco, pacientemente, reconstruyeron los hechos. Un ranchero, un hombre que amaba su propiedad más que nada en el mundo la defendió literalmente hasta la muerte.
En la última cacería de su vida, don Alejo sorprendió al grupo de sicarios que quiso imponer en su rancho la ley de la selva, la misma que ni el poder del Estado ha podido controlar.
Los marinos presentes no olvidarán nunca el cuadro: un anciano de 77 años se llevó por delante a cuatro sicarios antes de morir peleando como el mejor soldado: con dignidad, honor y valentía.
Descanse en paz don Alejo Garza Tamez.
Claves
Hombre de palabra
• Don Alejo Garza Tamez era norteño de cepa. Nacido en 1933 en Allende, Nuevo León, su infancia transcurrió en una de las zonas más boscosas del estado.
• Allende, ubicado a 50 kilómetros al sur de Monterrey, es surcado por la carretera Nacional 85 que conduce a Ciudad Victoria, Tampico y Veracruz. Esa comunidad se encuentra al pie de la Sierra Madre Oriental.
• Su padre tenía un aserradero, y aprendió desde joven, junto con sus hermanos mayores, a trabajar, aserrar y vender madera. Impulsados por esta actividad, acabarían fundando en Monterrey la maderera El Salto, tomando el nombre del lugar donde compraban el producto.
• De joven le toco viajar constantemente a Parral, Chihuahua, y a El Salto, Durango, para comprar la madera que vendían luego en Monterrey. Su familia tuvo éxito en este ramo y abrió sucursales en Allende, su tierra natal, y Montemorelos.
• Desde niño don Alejo practicó la pesca y la cacería. Luego, de joven, comenzó a coleccionar armas. Entre sus allegados era conocido como buen tirador y, en compañía de sus amigos, cazaba venados, gansos y palomas.
• Don Alejo Garza Tamez fue uno de los socios fundadores del Club de Caza, Tiro y Pesca “Dr. Manuel María Silva”, ubicado en Allende, Nuevo León.
• El empresario maderero también fue promotor de la avicultura en su tierra natal. En alguna ocasión en que una helada quemó los sembradíos de naranja de su pueblo, animó a los agricultores afectados a que se iniciaran como productores de pollo y huevo.
• Junto con su hermano Rodolfo compraron en Tamaulipas el rancho San José, mismo que dividieron. Don Alejo se quedó con la parte que colinda con la presa Padilla y Rodolfo con el extremo situado junto al río Corona.
• Su charla amena era reconocida por sus amigos. Era cosa sabida que su palabra valía tanto como un contrato.


fuente: http://impreso.milenio.com/node/8869230
 
no hay palabras que se puedan decir, mas que ojala nos sirva de ejemplo a todos
 
Mis respestos para su familia y en verdad que hacen falta en el país, más hombres que tengan el valor para defenderse de esta bola de crimanales, que solamente les interesa atemorizar a nuestra sociedad.
 
Reitero todo mi respeto para el SEÑOR DON ALEJO.
DEP.
:patriota:
 
Nuevamente mis respetos para el SEÑOR. No fueron 4, fueron 6 las cucarachas, 4 muertas y 2 heridas que los Marinos alcanzaron a recoger.
 
Compañeros del Norte seguramente sabrán quien fue este hombre algunos lo habrán conocido serí una lástima no brindarle un homenaje, un compañero abatido por la delincuencia, descanse en paz don Alejo.
 
De acuerdo en el homenaje y sobre todo los que lo conocierón.
 
Yo siempre que tengo oportunidad lo digo y lo repito, los UNICOS que pueden sacar al pais de este bache somos NOSOTROS, los que hemos decidido de alguna forma vender cara nuestras vidas o nuestra paz, con 2 que nos llevemos cada uno seguramente dejaremos a nuestros hijos y nietos un mejor panorama de vida. Que en paz descance Don Alejo, Mexicano escepcional y que cumplio su cuota hasta el ùltimo momento de su vida.
 
Que Dios lo tenga en su santa Gloria murio como valiente, ojala nos toque algo parecido en lugar de morir como ovejas en matadero.
 
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