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Denuncian biólogos matanza de 100 elefantes en Chad para sacar el marfil de sus colmillos
Rigoberto Aranda 31 de Agosto de 2006 | Hora de publicación: 02:19
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Cien elefantes africanos fueron masacrados para obtener el marfil de los colmillos, en los límites de una de las reservas de la vida salvaje más grandes del mundo dedicadas a los paquidermos, en Chad, informaron biólogos.
Los cazadores furtivos dispararon al avión de los investigadores, quienes mostraron su sorpresa por el elevado número de elefantes sacrificados que han localizado en sus incursiones aéreas sobre el Parque Nacional Zakouma.
Las imágenes obtenidas muestran los cuerpos de los elefantes ya sin cabezas, abandonados bajo los árboles, en un intento de parte de los furtivos por evitar la vigilancia del gobierno de Chad.
La Wildlife Conservation Society reportó que los 100 elefantes han muerto en un periodo de cuatro meses, por lo que es posible observar desde el aire los restos de todos ellos entre los árboles.
El estudio, financiado por la National Geographic Society demuestra que la caza ilícita es mucho más activa de lo que se pensaba.
Mike Fay, biólogo a cargo del estudio, explicó que “a pesar de que estamos acostumbrados a la mortandad por caza furtiva, este espectáculo es impresionante, cruel y fuera de los parámetros”.
El Parque Nacional Zakouma es, irónicamente, un oasis para los elefantes, en medio del acelerado proceso de destrucción de los hábitat. Del tamaño de Texas, en los años 70 del siglo pasado albergaba a unos 700 mil ejemplares de elefante africano. Hoy, diezmados por el tráfico internacional de marfil, quedan solamente unos diez mil.
La zona limítrofe, donde están los cuerpos descabezados de los paquidermos, es un área al sureste de Chad, donde el gobierno tiene menos personal. Fay admite que en la zona núcleo del parque la vigilancia es “importante y eficiente, pero las orillas de Zakouma son un territorio difícil de vigilar”.
En la zona núcleo, sin embargo, también ha bajado el número de elefantes.
“Cuando fui invitado por el gobierno de Chad a realizar un conteo de ejemplares en el parque, en 2005, contabilizamos 3 mil 885 elefantes. En este año, sólo encontramos 3 mil 020. No sabemos si estos cientos de elefantes abandonaron los límites o fueron asesinados”.
Los criminales aprovechan la temporada de estiaje, que en esta zona de África transcurre de mayo a octubre, para capturar a los animales cuando se acercan a beber agua a los ríos, y por su compleja organización, resulta difícil echar de menos a los ejemplares capturados y masacrados.
UE y el gobierno local militarizan la zona
Patrullas del gobierno de Chad y de la Unión Europea, luego del aviso de la matanza, peinan la zona de la masacre y se quedarán en ella hasta que termine el estiaje, para proteger los grupos de elefantes que recorren las rutas de agua y forraje en los límites del parque.
“Hay vuelos de baja altura, para persuadir a los furtivos, pero al menos a nosotros nos han disparado con armas automáticas. Es necesario contar con patrullas que protejan a los animales durante toda la temporada en las rutas de alimento y agua”, señaló Fay.
Sin embargo, los expertos reconocen que es muy arduo proteger a los elefantes, todos los días, cada día, año tras año. Los furtivos son como verdaderos depredadores. Siempre están ahí, esperando un descuido.
Los rinocerontes negros ya desaparecieron de esta parte del planeta, desde los años 80. Con los cazadores furtivos no es posible negociar. Se retiran y aceptan ayudas compensatorias, pero siempre reaparecen. Mientras exista mercado negro, el incentivo económico los impulsa a matar más.
El marfil alcanza precios altísimos en dicho mercado. Como diamantes o más.
Los gobiernos locales enfrentan grupos de delincuencia organizada internacional. Ya no es el tipo de cazador de subsistencia.
“Esta masacre demuestra que la paga es enorme. Los esfuerzos deben ser de la misma proporción, y el ejemplo exitoso en el centro del Parque Zakouma es esperanzador”, aseguró el biólogo.
Aquí y en Africa los furtivos son basura. Antes dije que habría que darles al menos 5 años en las Islas Marías... me quedé corto... ¿qué tal unos 25?