Es una lástima que sucedan tragedias como esta que pueden evitarse de manera muy sencilla, si, leyendo el manual de los inflables y siguiendo indicaciones de seguridad; claro, soy un iluso y pienso que el cáncer de este país (la informalidad, llámese puestos, lancheros, toreros, etc, etc, etc) se va a tomar la molestia de leer un manual o cumplir una norma de seguridad...
Por otro lado, los mandos de las policías tienen un vicio por ser vistos que resulta aterrador, creen que porque los vemos patrullando armados hasta los dientes o volando en el helicóptero colgados de la puerta no vamos a sentir seguros... Mejor no verlos y sabernos seguros a verlos y tener que cuidarnos de los buenos y los malos.
No hay duda que el mismísimo Kafka no se lo podría imaginar