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La controversia del torniquete

Vetviet

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La experiencia en herida por armas de fuego de la República de Colombia es de larga data desde la aparición de las FARC en los años 50 y los conflictos armados de los cárteles, lo que los hace después de los EEUU, los más experimentados en Latino América para el manejo de las herida por armas de fuego.
Este fragmento,controversia del torniquete, es tomado de la Guía para el MANEJO MÉDICO-QUIRÚRGICO DE HERIDOS EN SITUACIÓN DE CONFLICTO ARMADO DEL COMITÉ INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL DE COLOMBIA y es sobre la controversia del control de hemorragias mediante los torniquetes. Igualmente para aquellos interesados en profundizar sobre estos temas, esta extensa guía puede bajarse gratis en internet con un archivo .pdf
Históricamente, el concepto y la aceptación de los dispositivos para controlar el sangrado agudo desde las extremidades han pasado por diversas etapas. Cuando revisamos la literatura acerca del uso del torniquete, existen posiciones muy diferentes de acuerdo con el grupo que expone su experiencia.
Gente de mucha experiencia en el campo real sostiene argumentos en contra de los torniquetes, pero igual hay otros quienes lo defiende hasta la saciedad.
La última edición del programa PHTLS (2007) acepta bajo premisas muy precisas el uso racional y bien definido del torniquete.
Vamos a revisar algunas de las posturas, sus argumentaciones y su documentación; posteriormente se harán las recomendaciones que el equipo de trabajo que diseñó este material establece para nuestro medio.
Los doctores Hans Husum, Mads Gibert y Torben Wisborg (Hospital Universitario de Tromsoe, Centro de Recursos para Victimas de Minas de Tromsoe en Noruega) han trabajado por muchos años en escenarios de trauma de guerra y en atención y entrenamiento para la atención de víctimas de minas y de situaciones de combate.
Su amplia experiencia reconocida en muchos lugares del mundo involucró trabajo de campo en Birmania, Camboya, Afganistán, Angola y el Kurdistán. En su interesante texto Salvar vidas, salvar miembros, son muy radicales y contundentes manifestando que no deben usarse torniquetes.
Estos autores afirman que el torniquete debería ser prohibido. Exponen que todo aquel que recomiende un torniquete está equivocado pues, según ellos: “Los torniquetes no funcionan, no detienen el sangrado”; “los torniquetes son peligrosos, son asesinos de miembros”; “hay mejores maneras de detener el sangrado con menos efectos secundarios”.
Entre sus postulados, establecen que el torniquete no puede detener el flujo sanguíneo en la médula ósea. Si el paciente tarda seis horas en llegar al hospital, perderá mucha sangre. Sugieren que si se taponan con gasas las fracturas compuestas y las amputaciones de hueso y se mantiene el calor del paciente, el sangrado de la médula ósea se detendrá.
Las tres principales arterias por debajo de la rodilla están ocultas entre los huesos (tibia y peroné). Ni el más apretado torniquete puede bloquearlas. Por debajo del codo, las
tres principales arterias están ocultas también entre los huesos (radio y cúbito) de modo que el torniquete tampoco funciona en este caso.
Sin embargo, cuando analizamos algunas de las afirmaciones y las experiencias con resultados fallidos expuestos por estos autores encontramos :“Una cuerda, un cinturón de cuero, o una tira de tela no detendrá el sangrado”. “Un torniquete hecho con una soga no puede apretar suficientemente para comprimir las arterias profundas”. “Los torniquetes que bloquean el drenaje venoso desde la herida oculta, promueven el edema y aceleran el atrapamiento del músculo”“Usar un torniquete por más de dos horas y retirarlo después genera un desastre en la extremidad”
Hay que reflexionar en que los torniquetes evaluados por estos autores fueron sogas, cuerdas o cinturones, colocados y manejados aparentemente sin pautas especificas o definidas.
Revisando el asunto desde otra perspectiva, el Journal of Trauma, 51(5), 2003, recoge los postulados de Navein y Dunn del Departamento de Emergencias y Medicina Militar de Beteshda en Maryland, Coupland algunos planteamientos del CICR y del Departamento de Cirugía Plástica del Hospital de Coniesnun en Glasgow (Escocia).
¿Qué plantean frente al torniquete? Veamos:
“El torniquete es un instrumento del Diablo que algunas veces salvavidas”.Manifiestan que el uso del torniquete está difundido en todo el mundo tanto en el escenario civil como en el escenario militar. Esta situación no evita que el balance riesgo-beneficio siga sin estar claro para todos. No es un tema del que se ocupen las páginas de los Journals médicos. Las preguntas clínicas que, según su concepto, siguen sin ser respondidas son:
1. ¿En qué circunstancias debería utilizarse el torniquete? 

2. ¿Cuántas vidas son salvadas realmente? 

3. ¿Cuántas extremidades se pierden y cuantas se conservan con contracturas isquémicas? 

4. ¿Cuánto tiempo puede dejarse un torniquete sin riesgo de pérdida de la extremidad o de la función de la extremidad? 

5. ¿Que tanto se incrementa el riesgo de síndrome de compartimiento de acuerdo con el tiempo de uso del torniquete? 

6. ¿Cuando puede ser realmente seguro un torniquete? 

7. ¿Qué tanto daño se genera en los tejidos por debajo del torniquete? 

8. ¿Son algunos torniquetes más o menos seguros que otros? 

9. ¿Que tan urgente es la inevitable amputación de una extremidad en la que el torniquete ha sido dejado por más de seis horas? 

A pesar de que existe poca evidencia que resuelva a satisfacción estas preguntas los autores postulan algunos puntos que consideran incontrovertibles y que sirven de pautas para soportar estrategias coherentes.
1. La mayoría de las hemorragias en las extremidades, incluidas las de la amputación traumática, pueden ser controladas con presión directa y elevación. 

2. Los torniquetes han salvado vidas. 

3. Es aceptado en la práctica militar aplicar un torniquete para movilizar a una persona lesionada desde la zona de combate hasta un lugar relativamente seguro (o mientras continúa en la batalla). 

4. Los torniquetes deben ser anchos y estar suficientemente apretados. Deben aplicarse tan distantes como sea posible, pero nunca sobre la articulación. 


5. Los torniquetes muy delgados pueden ser factor desencadenante de síndrome compartimental y daño tisular, pero puede ser inevitable usarlos en el área donde ocurre la lesión. 

6. Un torniquete improvisado debería ser removido tan pronto como sea posible. 

7. Los torniquetes conducen a más (posiblemente muchas más) complicaciones isquémicas y amputaciones innecesarias que a vidas salvadas. 

8. La hemorragia severa puede no recurrir cuando se retira un torniquete luego de dos horas de uso. 

9. El “tiempo de torniquete” para cirugía de extremidades es de 2 a 3 horas. 

10. Los enfoques quirúrgicos establecen que si un torniquete oclusivo ha sido aplicado por más de seis horas, la extremidad debería ser amputada por encima del nivel del torniquete sin retirarlo previamente. 

11. Se ha establecido que cuando un torniquete se aplica a una herida significativa o a una amputación traumática por doce o más horas, existe un alto riesgo de gangrena gaseosa, el cual se incrementa con el tiempo. 

12. El torniquete no neumático es muy doloroso. 

13. En general, hay muy pocas –si las hay– indicaciones clínicas para aplicar un torniquete para controlar una extremidad sangrante. Por ejemplo, en la admisión al hospital, el control suele lograse por compresión manual directa. 


Si existe riesgo durante la atención inicial en el campo, el imperativo inicial es mover a la víctima a un área segura, incluso usando un torniquete. Mover a la víctima lesionada hasta un área de cuidado definitivo con elevación manual y compresión local puede ser imposible. Si la escena que se maneja involucra la presencia de múltiples víctimas, el asunto se torna aún más complicado y el torniquete puede convertirse en la única alternativa.
Con estas premisas, queda claro que en ocasiones especificas el torniquete deberá ser utilizado, pero deben respetarse algunas reglas universales que incluyen su uso exclusivo en situaciones en que la hemorragia compromete la vida; cuando han fallado las medidas convencionales aceptadas y cuando las consecuencias de la aplicación del torniquete pueden ser manejadas adecuadamente.
Más allá de estas reglas básicas está la pregunta de cómo debe utilizarse el torniquete una vez aplicado. Se ha sugerido en principio que si el torniquete es retirado dentro de las siguientes dos horas de aplicado, existe mínimo riesgo de complicaciones isquémicas y la hemorragia puede haber sido controlada. Más allá de las seis horas, el riesgo de arritmias y síndrome de compartimiento y reperfusión son tan altos que la amputación por encima del nivel del torniquete es obligatoria.
Entre estos dos lapsos, la probabilidad de complicaciones serias, incluida la muerte, se incrementa con el tiempo, y el chance de salvar la extremidad disminuye progresivamente hacia la posibilidad cero. Estos riesgos no han sido claramente cuantificados. Los autores del texto que hemos mencionado establecen que hay varias vías para resolver la controversia.
Es improbable que exista una situación clínica exclusiva en la que el torniquete deba ser aplicado para detener la hemorragia. Fuera de un hospital con posibilidades quirúrgicas, situaciones no médicas pueden avasallar las premisas clínicas. Una estricta, segura y genérica estrategia para el uso del torniquete requiere aún su ciente investigación.
El material existente propone tres enfoques conceptuales que determinan su aplicación:
1. Torniquete táctico: torniquete improvisado para uso durante un lapso corto desde el sitio de la injuria, sea aplicado por un proveedor de ayuda o por la propia víctima. Su objetivo específico es controlar la hemorragia amenazante para la vida mientras la persona es llevada a un lugar donde el cuidado inicial pueda ser aplicado en condiciones de relativa seguridad. En este momento, la necesidad del torniquete desaparece y se aplica el mejor cuidado posible, entendido como la aplicación de presión local con vendaje compresivo y elevación de la extremidad. 

2. Trial Torniquete: en algunas circunstancias, factores no clínicos determinan que la hemorragia no pueda ser controlada por estos medios. El concepto de “Trial Torniquete” involucra la correcta aplicación a la extremidad y la más efectiva utilización posible de un vendaje compresivo. Este torniquete es liberado después de dos horas. En muchos casos, la hemorragia habrá cesado y existirá chance de recuperación funcional de la extremidad a largo plazo. Si la hemorragia recurre y no puede ser controlada por compresión manual y vendaje compresivo, entonces el Trial ha fallado y debe aplicarse otra vez el torniquete. 

3. Torniquete como“Last Resort”.Es aplicado si el Trial Torniquete ha fallado.A menos que la persona lesionada llegue a un hospital quirúrgico en pocos minutos, es muy probable que esté indicada la amputación quirúrgica de la extremidad por encima del nivel del torniquete sin que este sea retirado. Las decisiones acerca de la prioridad para el desplazamiento a un hospital se complican por muchos factores, entre otros, tiempo, recursos y número y condición de otros heridos. En muchas circunstancias no existen posibilidades reales de llevar el lesionado a un hospital, puede existir la posibilidad de aplicar un torniquete “last Resort” para salvar la vida del paciente. 

4. Los autores discurren que la consideración de estas pautas respetadas estrictamente resultarán en menos uso de torniquetes y uso más seguro de estos. 

El uso de torniquetes no debería ser enseñado en ocasionales cursos de primeros auxilios.
A pesar de todo lo anotado, pueden plantearse algunas preguntas: ¿Es cierto que todas las hemorragias en extremidades pueden ser controladas sin torniquete contando con adecuado entrenamiento y suficientes recursos? ¿Es cierto que un Trial torniquete es usualmente exitoso? ¿Cuál es el rango de riesgo al retirar el torniquete después de dos horas?
Las investigaciones futuras deberán contribuir a responder estos temas.
“El CICR no incentiva el uso del torniquete fuera de los eslabones organizados de evacuación o del ambiente quirúrgico. La presión directa, vendaje compresivo y elevación del miembro afectado deben ser suficientes en casi todos los casos para detener la hemorragia”.
 
Por demás interesante el tema y el resumen del posteo.
La presión directa es sin duda una herramienta preferible. A mí parecer, la mayor ventaja del torniquete es que existen variantes que permiten su autoaplicación, lo cual, sobre todo en situaciones de combate, puede ser una gran ventaja.
El modelo que se usa por acá, se puede aplicar con una sola mano a cualquier extremidad, y puede salvar mi valiosos segundos para una persona herida que no puede recibir atención inmediata de terceros pero que generalmente tiene algunos segundos antes de que los problemas asociados a una hemorragia grande se comiencen a presentar.
Por acá, hace 15 años, en los cursos militares de primeros auxilios te decían que nunca se debía aplicar un torniquete. Bastaron 6 meses de experiencia en Irak y Afganistán para que el ejército cambiara su postura, pero siempre en el contexto de una medida temporal, y bajo la presunción de que medidas más avanzadas pueden ser aplicadas dentro de la primera hora cuando mucho.
 
Última edición:
Según mis limitados conocimientos, la más reciente actualización de la asociación americana del corazón indica que se puede aplicar un torniquete, siempre que se trate de una hemorragía arterial o una amputación parcial o total, siempre que el torniquete sea adecuadamente hecho o sea un torniquete profesional y de fábrica y puede permanecer hasta por seis horas puesto.
 
Según mis limitados conocimientos, la más reciente actualización de la asociación americana del corazón indica que se puede aplicar un torniquete, siempre que se trate de una hemorragía arterial o una amputación parcial o total, siempre que el torniquete sea adecuadamente hecho o sea un torniquete profesional y de fábrica y puede permanecer hasta por seis horas puesto.

Sería interesante nos dieras la bibliografía de la AHA (American Heart Association) donde lo leiste.
 
Medicina Táctica Colombia
Me gusta esta página · 20 de noviembre de 2016 cerca de Bogotá, Distrito Especial, Colombia ·

Los mitos sobre el uso del torniquete
Historia
Desarrollo y usos iniciales2
El origen del torniquete fue consecuencia de la necesidad de control de la hemorragia durante las amputaciones quirúrgicas realizadas por los cirujanos en el campo de batalla, y su uso se conoce ya desde la antigua Roma. A Ambrose Pare (aproximadamente, 1510-1590) se le atribuye la autoría del término torniquete y también la primera recomendación para el uso quirúrgico de este instrumento. Además, Pare realizó la primera modifi cación conocida del torniquete: colocó un tornillo sobre el vaso principal de una extremidad y lo apretó mediante el incremento de la tensión sobre una correa circunferencial. Aproximadamente, en el siglo xvii William Fabry y Etienne Morel utilizaron un torno con giro sobre un palo, con el objetivo de apretar aún más una banda de constricción. Muchos de los diseños modernos incluyen un dispositivo de torno para facilitar el ajuste de la tensión.

Lister y Esmarch utilizaron torniquetes a mediados del siglo xix para introducir la cirugía «sin sangre». Los avances tecnológicos hicieron que Gushing abandonara los diseños originales del torniquete e introdujera en 1904 un torniquete neumático. Este modelo de torniquete se podía aplicar y retirar con mayor facilidad, y permitía la aplicación de una presión más uniforme sobre el miembro, en comparación con los modelos anteriores. A mediados del siglo xx el uso de torniquete se convirtió en una medida rutinaria en la cirugía sobre las extremidades para la obtención de «campos quirúrgicos sin sangre».

El torniquete en los primeros auxilios
El uso del torniquete en el campo de los primeros auxilios ha sido controvertido a lo largo de muchas generaciones. Los torniquetes han estado incluidos durante mucho tiempo en los equipos de primeros auxilios, aunque muchos cirujanos que los utilizan de manera entusiasta en sus intervenciones quirúrgicas han suscrito el principio de que «el torniquete no desempeña ninguna función como elemento de primeros auxilios»2. Se consideraba que los profesionales asistenciales civiles no eran capaces de utilizar con seguridad o efi cacia este dispositivo, y también han existido experiencias militares previas de lesiones causadas por el uso inapropiado del torniquete en miembros con hemorragia3. Los manuales más recientes de la American Heart Association y la Cruz Roja Norteamericana reflejan esta fi losofía. A pesar de que reconocen el papel clave que desempeñan los torniquetes en el control de la hemorragia, las directrices de primeros auxilios del National First Aid Science Advisory Board correspondientes a 2005 recomiendan únicamente el uso de medidas de compresión directa y de vendajes de compresión (con vendas elásticas) para la interrupción de la hemorragia, antes de que acudan los profesionales del SEM4.

Consideraciones militares
El torniquete tiene una rica tradición histórica en la medicina militar, a diferencia de lo que ocurre con el uso de este instrumento en el ámbito civil. Los torniquetes fueron incluidos en los equipos quirúrgicos de la guerra civil norteamericana5 y la falta de aplicación de un torniquete a un general del ejército confederado pudo haber influido en el resultado de la guerra y, por tanto, en la historia estadounidense6. Paradójicamente, es posible que la ambivalencia respecto al torniquete se originara en esta misma guerra: la colocación de un torniquete durante un período prolongado hasta la asistencia definitiva dio lugar con frecuencia a complicaciones sistémicas graves. Este hecho hizo que algunos cirujanos de aquella época consideraran que era más seguro dejar que el miembro sangrara, más que colocar un torniquete sobre él7.

Los torniquetes han constituido un elemento están-dar en los equipos de medicina militar, aunque también ha habido un rechazo a utilizarlos, excepto en las circunstancias más extremas. En la década de los sesenta hubo incluso iniciativas para eliminarlos de los equipos médicos y de los currículos formativos de los profesionales de la sanidad militar2.

Mabry describe un ciclo en el que el torniquete fue inicialmente bienvenido en el ámbito militar, aunque al poco tiempo perdió popularidad debido a la percepción de su utilización inadecuada, al mismo tiempo que muchas personas que podrían haber sido salvadas fallecieron a consecuencia de hemorragias potencialmente controlables7. Este ciclo se ha repetido hasta que el análisis de los datos de mortalidad correspondientes a la guerra de Vietnam dio lugar a un interés renovado por el uso del torniquete. En este análisis se señaló que se podría haber evitado un porcentaje importante de víctimas de combate en el caso de que se hubiera utilizado un torniquete. En uno de los estudios realizados a este respecto, se estimó que la aplicación apropiada y a tiempo de un torniquete habría salvado la vida de 105 (38%) de un conjunto de 277 soldados que fallecieron debido a hemorragias arteriales en las extremidades8.

La experiencia más reciente ha reforzado esta tendencia hacia el uso más liberal del torniquete en el contexto militar9-11. Las técnicas modernas de combate dan lugar a tasas elevadas de traumatismos en las extremidades, lo que —en combinación con el reconocimiento de que muchas de las personas que fallecen por heridas en el combate podrían haber sobrevivido si se hubiera utilizado un torniquete para interrumpir la hemorragia— constituye el fundamento para el uso del torniquete en las condiciones modernas de combate12. Sebesta, que ha detallado su experiencia como cirujano en un hospital militar de apoyo de combate, señala que «los torniquetes representan un tratamiento esencial, en función de la experiencia más reciente obtenida en Irak»9.

Este fundamento queda reforzado adicionalmente por las circunstancias en las que tiene lugar una parte importante de la asistencia prehospitalaria durante un conflicto militar. Las acciones hostiles realizadas por el enemigo, las condiciones ambientales desfavorables, los tiempos frecuentemente prolongados de traslado de las víctimas a los puestos de asistencia avanzada, la austeridad de la logística, y la existencia de víctimas múltiples en un contexto de capacidades limitadas de clasificación y de tratamiento son todos ellos elementos que apoyan el uso oportuno de los torniquetes. Hay que tener en cuenta que en algunas ocasiones, poco frecuentes, estas condiciones se dan también en los contextos civiles en los que actúan los SEM.

En la actualidad, los cuerpos de la armada y de infantería de marina estadounidenses incluyen torniquetes en los equipos individuales de primeros auxilios de soldados e infantes de marina, y forman a estos combatientes para que los puedan utilizar adecuadamente13,14. El recordatorio que se utiliza en el contexto del soporte vital traumatológico prehospitalario (SVTPH) de la armada es actualmente «MARCH» (hemorragia masiva [massive bleeding], vía respiratoria [airway], respiraciones [respirations], circulación [circulation] y traumatismo craneoencefálico [head Injury]), más que el de «ABC» (vía respiratoria [airway], respiración [breathing] y circulación [circulation]), en reconocimiento del hecho de que la amenaza principal para la supervivencia en el campo de batalla es la hemorragia masiva y que este problema se debe atender de manera rápida9.

No obstante, a pesar de los cambios introducidos, según un informe relativo a la guerra de Irak, la aplicación correcta de un torniquete hubiera permitido evitar más del 50% de los fallecimientos debidos a una hemorragia aislada en una de las extremidades11. No se sabe el número de pacientes con lesiones multisistémicas en los que se colocaron torniquetes, ni tampoco si esta intervención mejoró o empeoró su evolución15. La realización de nuevas revisiones acerca del uso del torniquete en los escenarios de combate permitiría documentar con mayor detalle estos resultados.

Uso del torniquete por parte de los SEM en el contexto civil
Ha existido una tendencia hacia la liberalización del uso del torniquete en los sistemas SEM civiles, aunque no sin controversia. En la actualidad, la mayor parte de los sistemas SEM todavía utiliza el torniquete como último recurso, bajo protocolos que recomiendan la compresión directa, el vendaje compresivo, la aplicación de puntos de presión, la elevación y la aplicación de frío como medidas principales de tratamiento de las hemorragias graves en las extremidades. De estas medidas, solamente la compresión directa se puede recomendar en función de la evidencia existente4. La declaración de consenso más reciente de la National Association for EMS Physicians relativa al cuidado de las heridas en las situaciones de retraso o prolongación del traslado de la víctima recomienda el uso de torniquete solamente en casos de amputación16.

A pesar de la amplia experiencia con los torniquetes que hay en los servicios médicos militares estadounidenses y de otros países, los sistemas docentes más recientes de los SEM civiles no han aceptado de manera plena este instrumento que puede salvar las vidas de las víctimas17. Así, muchos sistemas SEM no permiten que sus tripulaciones lleven torniquetes consigo. Por desgracia, este hecho puede obligar a la improvisación de un torniquete en circunstancias en las que es necesario su uso. Los torniquetes improvisados tienen una menor posibilidad de ser efi caces10 y también se acompañan de una incidencia mayor de complicaciones neurovasculares.

La experiencia positiva con los torniquetes en el campo de batalla es un dato prometedor en lo relativo a la asistencia traumatológica que prestan los SEM civiles: los protocolos militares modernos relativos al uso de los torniquetes se pueden incorporar con facilidad en los sistemas de SEM civiles.

Fisiología, complicaciones y uso seguro de los torniquetes
Fisiología
Los torniquetes arteriales actúan a través de la compresión del músculo y de otros tejidos que rodean a las arterias de las extremidades, lo que hace que se produzca un colapso de la luz de dichas arterias con interrupción del flujo distalmente al torniquete. La tensión o la fuerza necesarias para que un torniquete comprima la arteria depende del tamaño de la extremidad y de la anchura del propio torniquete. En general, cuanto mayor es las circunferencia de una extremidad, mayor es la tensión que es necesario aplicar18. Característicamente, para una tensión dada, los torniquetes más anchos son más efi caces para interrumpir el flujo sanguíneo arterial, en comparación con los torniquetes estrechos19.

Complicaciones
El torniquete es un método bien aceptado para la cirugía «sin sangre» de las extremidades, aunque se ha asociado a complicaciones locales y sistémicas (tabla 1). El uso quirúrgico temprano de los torniquetes dio lugar al reconocimiento de que el diseño inadecuado del torniquete o su aplicación excesivamente prolongada (más de 1,5-2 h) podía causar lesiones musculares, nerviosas y vasculares, con un síndrome denominado parálisis del torniquete. Además, también es conocida la lesión isquémica irreversible del miembro en los casos en los que el torniquete se mantiene colocado durante más de 6 horas; en estas circunstancias se recomendó inicialmente la amputación del miembro por encima del nivel del torniquete, en lo que todavía constituye un principio quirúrgico básico2
 
La afirmación de que u n torniquete puede emplearse <hasta por seis horas> es temeraria, por los daños isquémicos con sindrome compartamental, IRA,fibrinolisis primaria y sépsis .Como cirujano me he enfrentado a lo largo de mi carrera con muchos escenarios de traumatismos PAF cuyo manejo médico quirúrgico es muy complicado.Tenemos muy buenos hospitales en la Ciudad de México como el Hospital de Urgencias de La Villa, (excelente en heridas de corazón por PAF) Ruben Leñero, Cruz Roja Mexicana que cuentan con personal muy capacitado para el manejo hospitalario .
Finalmente el tema sigue siendo el mismo:la controversia, definida como discusión reiterada entre dos o más personas que defienden opiniones contrarias y podríamos discutir horas enteras cuál procedimiento es el mejor sin ponernos de acuerdo, pero mi interés en sacar el tema está dirigido a todos los compañeros no médicos que en un momento dado se puedan enfrentar a un accidente con el uso de sus armas y que tengan una idea de como actuar,usando cualquiera de los dos metodos o incluso los dos
mientras el o los heridos sean llevados a un centro hospitalario con recursos y capacitación del personal para el manejo de este tipo de acontecimientos.
 
Mucho tienen de cierto las consideraciones del compañero Vetviet sobre las múltiples complicaciones que puede ocasionar el uso de torniquetes. Pero siendo honestos también habría que ubicarnos en el escenario de nuestro país. Viviendo como civiles ciertamente estamos expuestos a lesiones graves causados por desastres naturales u ocasionadas por agresiones de terceros, las cuales pueden causar sangrados masivos, siendo realistas y ubicándonos en nuestro bendito MÉXICO donde la mayoría de los cuerpos de emergencia tienen limitados conocimientos de atención prehispitalaria y equipo de rescate precario y por demás básico, ya ni decir de que un civil pueda ayudar a una persona que esté sangrando en la calle. Si bien es cierto que existen múltiples innovaciones en el mundo de la medicina de trauma como el uso de clamps o pinzas para uso rápido en campo, gasas y polímeros para uso inmediato en campo, etc. Difícilmente alguien tendría acceso a estos equipos. En lo personal preferiría perder una extremidad por el uso (o abuso o mal uso) de un torniquete a perder todo el cuerpo. (Entiéndase perder la vida). Esto en un escenario urbano. Ahora imaginemos un escenario rural en un accidente de cacería por ejemplo... yo creo que el sentido común para la mayoría de nosotros simples morrales que no tenemos un médico militar acompañándonos en todo momento que pueda uno resultar lesionado sería tratar de contener la hemorragia y preservar la vida. Aún a costa de un torniquete mal aplicado.
 
Mucho tienen de cierto las consideraciones del compañero Vetviet sobre las múltiples complicaciones que puede ocasionar el uso de torniquetes. Pero siendo honestos también habría que ubicarnos en el escenario de nuestro país. Viviendo como civiles ciertamente estamos expuestos a lesiones graves causados por desastres naturales u ocasionadas por agresiones de terceros, las cuales pueden causar sangrados masivos, siendo realistas y ubicándonos en nuestro bendito MÉXICO donde la mayoría de los cuerpos de emergencia tienen limitados conocimientos de atención prehispitalaria y equipo de rescate precario y por demás básico, ya ni decir de que un civil pueda ayudar a una persona que esté sangrando en la calle. Si bien es cierto que existen múltiples innovaciones en el mundo de la medicina de trauma como el uso de clamps o pinzas para uso rápido en campo, gasas y polímeros para uso inmediato en campo, etc. Difícilmente alguien tendría acceso a estos equipos. En lo personal preferiría perder una extremidad por el uso (o abuso o mal uso) de un torniquete a perder todo el cuerpo. (Entiéndase perder la vida). Esto en un escenario urbano. Ahora imaginemos un escenario rural en un accidente de cacería por ejemplo... yo creo que el sentido común para la mayoría de nosotros simples morrales que no tenemos un médico militar acompañándonos en todo momento que pueda uno resultar lesionado sería tratar de contener la hemorragia y preservar la vida. Aún a costa de un torniquete mal aplicado.

El vivir en un tercer mundo nos enfrenta a una cruda realidad que como médicos constatamos durante nuestro servicio social, en mi caso en una comunidad otomí, alejado de los oropeles de las series americanas que nos muestran la tecnología de punta,hospitales de campaña perfectamente equipados que cuando tenemos que atender heridas por armas cortocontundentes o por armas de fuego sin otro otro recurso más que los que te proporciona la institución llámese SS o IMSS. Tanto en la actividad de la cacería o tiro todos estamos expuestos a un accidente y no tenemos algún profesional en el manejo de la urgencia, es por eso que debemos capacitarnos todos en los primeros auxilios y enfrentar el escenario de una hemorragia en miembros torácicos y pélvicos con lo que tengamos a mano,preservando primero la vida y si es posible, la función. En mi experiencia he tenido la oportunidad de usar desde la digitopresión,pinzas hemostáticas,compresas y torniquetes con el uso de bandas de smarchs , manguitos de baubanómetros hasta cinturones, y los minutos que se tarde en trasladarse al paciente a un centro hospitalario es crucial para la vida y la función de la extremidad.
 
El vivir en un tercer mundo nos enfrenta a una cruda realidad que como médicos constatamos durante nuestro servicio social, en mi caso en una comunidad otomí, alejado de los oropeles de las series americanas que nos muestran la tecnología de punta,hospitales de campaña perfectamente equipados que cuando tenemos que atender heridas por armas cortocontundentes o por armas de fuego sin otro otro recurso más que los que te proporciona la institución llámese SS o IMSS. Tanto en la actividad de la cacería o tiro todos estamos expuestos a un accidente y no tenemos algún profesional en el manejo de la urgencia, es por eso que debemos capacitarnos todos en los primeros auxilios y enfrentar el escenario de una hemorragia en miembros torácicos y pélvicos con lo que tengamos a mano,preservando primero la vida y si es posible, la función. En mi experiencia he tenido la oportunidad de usar desde la digitopresión,pinzas hemostáticas,compresas y torniquetes con el uso de bandas de smarchs , manguitos de baubanómetros hasta cinturones, y los minutos que se tarde en trasladarse al paciente a un centro hospitalario es crucial para la vida y la función de la extremidad.

Te diré que, con mi experiencia de los servicios médicos de el "primer mundo" me quedo con un buen médico "tercermundista" al que le ha tocado ver un poco de todo, y no es dependiente de aparatos bonitos para darte un diagnóstico.
La gran ventaja que le le veo al sistema médico de acá es que todos tienen acceso a un servicio médico aceptable, nada del otro mundo, ni lujoso, pero aceptable.
Pero no sin razón cada vez que voy a México, hago mi peregrinación de un médico a otro, nada más para hacerme un chequeo.
 
Cada mes nos reunimos camaradas médicos en distintas especialidades en un desayuno donde hemos compartido las experiencias en nuestras diferentes áreas a lo largo de los años y con no cierta nostalgia nos quejamos lo que se ha perdido en el proceso enseñanza y aprendizaje de la medicina donde la vieja clínica cada día es olvidada por las nuevas generaciones, quienes están usando y abusando de las nuevas tecnologías más sofisticadas y caras para llegar a un diagnóstico y tratamiento.La medicina privada en este país la están manejando gente sin escrúpulos que solo ven las utilidades.
La medicina institucional está sujeta a los avatares de los partidos políticos en turno y en esta época se encuentra en crisis por la corrupción y lo digo con conocimiento de causa porque dediqué 30 años de mi vida a una de ellas y he vivido todos los cambios y crisis.
Celebro que aún acudas a un sistema que cada día va desapareciendo y se va haciendo más dependiente de esa nueva tecnología más cara,menos humana.
 
Mucho tienen de cierto las consideraciones del compañero Vetviet sobre las múltiples complicaciones que puede ocasionar el uso de torniquetes. Pero siendo honestos también habría que ubicarnos en el escenario de nuestro país. Viviendo como civiles ciertamente estamos expuestos a lesiones graves causados por desastres naturales u ocasionadas por agresiones de terceros, las cuales pueden causar sangrados masivos, siendo realistas y ubicándonos en nuestro bendito MÉXICO donde la mayoría de los cuerpos de emergencia tienen limitados conocimientos de atención prehispitalaria y equipo de rescate precario y por demás básico, ya ni decir de que un civil pueda ayudar a una persona que esté sangrando en la calle. Si bien es cierto que existen múltiples innovaciones en el mundo de la medicina de trauma como el uso de clamps o pinzas para uso rápido en campo, gasas y polímeros para uso inmediato en campo, etc. Difícilmente alguien tendría acceso a estos equipos. En lo personal preferiría perder una extremidad por el uso (o abuso o mal uso) de un torniquete a perder todo el cuerpo. (Entiéndase perder la vida). Esto en un escenario urbano. Ahora imaginemos un escenario rural en un accidente de cacería por ejemplo... yo creo que el sentido común para la mayoría de nosotros simples morrales que no tenemos un médico militar acompañándonos en todo momento que pueda uno resultar lesionado sería tratar de contener la hemorragia y preservar la vida. Aún a costa de un torniquete mal aplicado.

HAY ESTÁ LA CLAVE

De ahí la importancia de que cualquier persona que realice actividades en el campo tenga la obligación moral de tomar capacitación PROFESIONAL en primeros auxilios enfocados específicamente a los accidentes que pueden suceder en el campo porque hasta para poner un torniquete se requieren conocimientos.

Respaldo la idea de continuar con el famoso "vida, función y forma" aunque, con una buena capacitación probablemente no sea necesario llegar a esto.

Lo que es un hecho es que me atrevo a decir que el 90 % de los cazadores, que no son médicos o paramédicos, no tienen el más mínimo interés en tomar capacitaciones en materia de primeros auxilios y el 95 % no tienen un botiquín adecuadamente equipado en sus vehículos de cacería. Me aventuraré a decir que el 99% no cargan un mini botiquín portátil o ya de perdida una gasa, una venda y un par de guantes mientras están cazando.
 
HAY ESTÁ LA CLAVE

De ahí la importancia de que cualquier persona que realice actividades en el campo tenga la obligación moral de tomar capacitación PROFESIONAL en primeros auxilios enfocados específicamente a los accidentes que pueden suceder en el campo porque hasta para poner un torniquete se requieren conocimientos.

Respaldo la idea de continuar con el famoso "vida, función y forma" aunque, con una buena capacitación probablemente no sea necesario llegar a esto.

Lo que es un hecho es que me atrevo a decir que el 90 % de los cazadores, que no son médicos o paramédicos, no tienen el más mínimo interés en tomar capacitaciones en materia de primeros auxilios y el 95 % no tienen un botiquín adecuadamente equipado en sus vehículos de cacería. Me aventuraré a decir que el 99% no cargan un mini botiquín portátil o ya de perdida una gasa, una venda y un par de guantes mientras están cazando.


Así es
 
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