Artillero de Villa
Miembro de la Vieja Guardia
:above: Este hombre trabajaba hacía muchos años en una fábrica de enlatados.
Un día le confesó a su mujer que estaba poseído por una terrible obsesión: un impulso incontrolable de colocar su pene en la cortadora de pepinos.
Espantada, la esposa le sugirió que consultara con un psicólogo.
El marido prometió que lo pensaría, pero continuó repitiéndole y repitiéndole a la esposa el mismo cuento, hasta que ella, aburrida, un día le dijo:
"Pues mételo en la cortadora de pepinos y no me jodas más, es tu problema!
Al día siguiente, el marido llegó a casa cabizbajo, profundamente abatido.
¿Qué pasó, querido? - le preguntó la mujer, preparándose para lo peor.
¿Te acuerdas de mi compulsión de meter el pene en la cortadora de pepinos?
¡Oh, no! - grito la mujer - ¡Dime que no lo hiciste!
¡Si, lo hice!
¿Oh Dios, y qué paso?
¡Me despidieron...! - respondió el marido.
Y, eh ... ¿¡la cortadora de pepinos! ?¿que te hizo, te lastimó?
¡Noooo, a Ella también la despidieron
Saludos
Armando Durango
Un día le confesó a su mujer que estaba poseído por una terrible obsesión: un impulso incontrolable de colocar su pene en la cortadora de pepinos.
Espantada, la esposa le sugirió que consultara con un psicólogo.
El marido prometió que lo pensaría, pero continuó repitiéndole y repitiéndole a la esposa el mismo cuento, hasta que ella, aburrida, un día le dijo:
"Pues mételo en la cortadora de pepinos y no me jodas más, es tu problema!
Al día siguiente, el marido llegó a casa cabizbajo, profundamente abatido.
¿Qué pasó, querido? - le preguntó la mujer, preparándose para lo peor.
¿Te acuerdas de mi compulsión de meter el pene en la cortadora de pepinos?
¡Oh, no! - grito la mujer - ¡Dime que no lo hiciste!
¡Si, lo hice!
¿Oh Dios, y qué paso?
¡Me despidieron...! - respondió el marido.
Y, eh ... ¿¡la cortadora de pepinos! ?¿que te hizo, te lastimó?
¡Noooo, a Ella también la despidieron
Saludos
Armando Durango