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INICIATIVA DE REFORMAS Y ADICIONES A LA LEY FEDERAL DE ARMAS DE FUEGO Y EXPLOSIVOS
Recinto del Senado de la República, Noviembre de 2008.
CC. SECRETARIOS DE LA MESA DIRECTIVA
CÁMARA DE SENADORES DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN
P R E S E N T E
Los suscritos, Senadores de la República de la LX Legislatura del H. Congreso de la Unión, integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 71 fracción II y 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 55 fracción II, 56, y demás relativos del Reglamento Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, sometemos a la consideración de esta Honorable Asamblea, la siguiente Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, al tenor de la siguiente
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
El tráfico de armas en México se ha convertido en el segundo delito en importancia cometido por el crimen organizado, tan sólo por debajo del tráfico de drogas, según datos de la Unidad Especializada de Lucha contra el Terrorismo y el Tráfico de Armas y Municiones, adscrita a la Procuraduría General de la República (PGR).
Atacar ese ilícito no es sencillo ya que, en primer lugar, en regiones como América Latina no hay datos precisos sobre el fenómeno, según lo han declarado al interior de la Red Internacional contra el Tráfico de Armas Ligeras (IANSA).
Datos de Amnistía Internacional revelados recientemente, señalan que en el mundo hay cerca de 640 millones de armas convencionales (pistolas, granadas, subametralladoras, fusiles, lanzagranadas), cuyo tráfico es incontrolable.
En el caso de México, se habla de entre 2 y 15 millones de armas en todo el país, mientras que cifras oficiales de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), aseguran que entre 1972 y 2001, se han otorgado 5 millones 443 mil 547 licencias de portación de armas en México.
Directivos de la organización Red Internacional contra el Tráfico de Armas Ligeras (IANSA), dijo que hay un silencio oficial en Latinoamérica sobre este fenómeno, que puede ser delictivo o no, porque estamos hablando de armas legales e ilegales que igual producen miles de muertos al año en el mundo.
En países como Holanda, Inglaterra, España o Suecia, hay datos oficiales sobre el número de armas pequeñas que se fabrican o importan.
Cifras corroboradas por la propia IANSA han señalado que el problema derivado del tráfico de armas de fuego ilegales es tan grande que en Brasil, por ejemplo, se ha llegado a registrar más muertes violentas que en Colombia como consecuencia de la entrada de este material y su uso callejero.
Esta Red Internacional señala que entre 1978 y el 2000, murieron alrededor de 39 mil personas en Colombia a causa del conflicto armado en ese país. En el mismo periodo fallecieron, tan sólo en las calles de Río de Janeiro, 49 mi 913 personas por arma de fuego.
En los últimos cinco años, el tráfico de armas entró en una creciente espiral que le ha permitido al crimen organizado, principalmente a bandas de narcotraficantes, superar ampliamente a las corporaciones policíacas.
De acuerdo a informes de la Procuraduría General de la República, la entrada de armamento al país se da lo mismo por la frontera norte que por la sur, incluso utilizan las mismas rutas del narcotráfico, pero se advierte que los artefactos que se internan al país han ido en aumento, no sólo en volumen, sino también en calidad y potencia. Estadísticas de la dependencia señalan que la posesión, el tráfico y el uso de armamento exclusivo de las fuerzas armadas, representan actualmente el 15 por ciento de los delitos federales cometidos en todo el país. Lo anterior equivale a un promedio de mil 200 ilícitos relacionados con tráfico o posesión de armas. Los estados con mayor índice de este delito son Tamaulipas, sobre todo Nuevo Laredo; Jalisco, Baja California, Distrito Federal, Sonora y Guanajuato.
De esta manera, el tráfico de armas a través de ciudades fronterizas como Tijuana y Mexicali, Baja California; Ciudad Juárez y Ojinaga, Chihuahua; San Luis Río Colorado, Sonora; y Nuevo Laredo, Tamaulipas, cobra especial dimensión, según el informe de la Sección VII del Ejército Mexicano, denominado Operaciones contra el Narcotráfico.
La ruta es a la inversa que en el tráfico de drogas: se utilizan los mismos caminos que emplea el narcotráfico para hacer llegar toneladas de cocaína, marihuana y demás enervantes. Incluso, en muchas ocasiones el pago es en especie, es decir, con armamento y parque. Pero no sólo la frontera norte es utilizada para el trasiego de armas, sino también un porcentaje sumamente considerable entra por la frontera con Guatemala.
Entre las armas aseguradas por la PGR, figuran los lanzacohetes tierra-tierra, diseñados para destruir vehículos blindados ligeros. También hay ametralladoras Barret calibre 50 milímetros, capaces de atravesar blindajes convencionales y unidades militares ligeras. Se han incautado también ametralladoras Thompson (estadunidenses); Galil y Uzi (israelíes); HMPK (alemanas); FAL (francesas y belgas) y granadas de fragmentación TOW Y RPG, de manufactura rusa y china.
Desde 1994 y 1996, a raíz de la aparición del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y del Ejercito Popular Revolucionario (EPR), las fuerzas armadas de nuestro país tienen documentada la introducción de lanzagranadas y lanzacohetes de fabricación rusa tipo RPG-2, RPG-7 y RPG-18. En 2005, la PGR reveló en Informe Especial su preocupación por el sensible incremento del tráfico de armas que se está dando hacia nuestro país, por mafias europeas y estadunidenses, en beneficio de los cárteles de la droga y el crimen organizado que los está fortaleciendo para enfrentar al Estado y frenar su combate.
En el reporte se establece que "cada vez el armamento de los narcotraficantes es más moderno, de alto poder, no necesariamente armamento militar de algunas fuerzas armadas. Hay armas que son fabricadas en la República Checa, Rusia y Estados Unidos de América". Según el informe, los cárteles del Golfo, Sinaloa, Tijuana, Ciudad Juárez, Milenio y los del sureste mexicano conocidos como El Petén, utilizan sus propios canales de tráfico de drogas para acceder al armamento, con lo que están pagando la oferta de armas de esas mafias internacionales. "En muchos casos este tipo de armamento constituye pagos en especie, que las mafias internacionales, las mafias europeas y las mafias estadunidenses, hacen a los delincuentes mexicanos".
El diagnóstico preocupante para la PGR fue que entre mayo y julio de 2005, el Ministerio Público Federal incautó 4,667 armas, de las cuales 2,251 fueron pistolas y el resto, 2,416 son armas largas, la mayoría AK47 o cuernos de chivo, ametralladoras AR15, lanzagranadas, una especie de bazuka y metralletas antiaéreas de un calibre poco común, utilizadas por los ejércitos estadunidense y europeos que incluso voltean un vehículo de un disparo.
El tráfico de armas hacia México tanto de empresas constituidas como del mercado negro supera el millón 500 mil revólveres que tiene registrados la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), porque se estima que existen 15 millones de armas en los 31 estados del país y la ciudad de México, según la organización No Más Violencia. Expertos consultados por la misma organización que decidieron mantenerse en el anonimato, consideran que cada año ingresan 15 mil armas, de las cuales 25% son AR15, AK47 e incluso la temiblemente mortal P90 que dispara 900 balas por minuto y atraviesan 45 capas de material blindado.
El estudio presenta declaraciones de la PGR, en las que se reporta que el tráfico ilícito de armas en México es la tercera actividad delictiva más lucrativa para el crimen organizado después del narcotráfico y la extorsión.
La SEDENA ha expedido poco más de 5 millones de permisos para portar armas, pero según estudios de las autoridades federales hay más de 15 millones de armas ilegales que circulan en las 32 entidades.
Para el gobierno federal, en el combate a la delincuencia organizada, el tráfico de armas es el segundo problema de seguridad nacional. Prueba de ello son los 84 mil 578 delitos denunciados en 2000-2006.
Los resultados del Programa Nacional para la Atención de los Delitos relacionados con la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, son magros, en 2006 "se aseguraron 399 armas de fuego, siete mil 194 cartuchos de diferentes calibres y 442 cargadores". Entre tanto, de norte a sur, de este a oste, son constantes las acciones criminales en donde se sabe del uso de lanzagranadas, rifles de alto alcance con mira infrarroja MP5, AK-47 y R-15, o ametralladoras, así como la clásica Uzi, o las subametralladoras y pistolas calibres 50, 45, 40, 10 y 9 milímetros de las marcas Colt, Ruger o Pietro Beretta.
Los informes nacionales y de organismos internacionales coinciden en que el tráfico de armas en México sigue siendo a través de pequeños cargamentos y operaciones hormiga, y afortunadamente aún no existe un zar que las introduzca en grandes cargamentos como sucede con la cocaína o la heroína. Sin embargo, revelan que dentro de la estructura de las organizaciones que trafican drogas, asignan entre 30 o 40 personas para establecer los contactos que puedan abastecer de las armas que los sicarios requieren, como son las bazucas, granadas de fragmentación, así como pistolas o fusiles con características específicas.
Otra opción para obtener armas es a través de internet, donde se puede comprar lo que se quiera, pues al teclear en un buscador la palabra "venta de armas", de inmediato se obtienen hasta 93 mil 300 respuestas de tiendas de armas, en las que se ofrece información por cada pistola, lanzacohetes o bazucas, tromblones, rifles de asalto AK47, R15 o metralletas Barret, entre otros. Con este escenario, es evidente que si antes los grupos criminales luchaban por rutas de tráfico hacia Estados Unidos (y habían llegado a cierto equilibrio), ahora luchan calle por calle por los mercados locales de distribución y consumo, y cada vez de manera más descentralizada y por lo tanto difícil de controlar.