De 1915 a 1938
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A pesar de que el centro de la industria armera española siempre ha sido el País Vasco, otro pequeño centro de fabricación de armas existia desde hace muchos años en Cataluña, cerca de Barcelona. Uno de los más famosos armeros en Barcelona fue un exiliado alemán, Eduardo Schilling. En Eibar se extendió la voz de las habilidades del armero Schilling, y dos jóvenes armeros eibarreses, Miguel Aguirre y Nicolás Aranzabal, dejaron su hogar para trabajar con Schilling y perfeccionar sus conocimientos. En 1915, regresaron a Eibar y fundaron juntos Aguirre y Aranzabal – AYA. La industria armera tradicionalmente había consistido en cientos de pequeños talleres, desde 2 trabajadores a varias docenas. Cada uno tenía su especialidad, haciendo llaves, soldando cañones, terminando los cañones, haciendo culatas. En este sentido, el sector armero eibarres se asemejaba bastante a Birmingham. En los años 1800 la ciudad de Birmingham era un laberinto de calles llenas de talleres que producían armas y piezas de todas las maneras posibles. Durante las horas de trabajo, las calles se llenaban de aprendices yendo de un taller a otra, llevando piezas en los diferentes estados de producción. Del mismo modo, Eibar tenía talleres que producían llaves, cañones o básculas. Artesanos individuales producían estas piezas o eran empleados subcontratados, haciendo lo que las fábricas más grandes no daban abasto a hacer. AYA comenzó como una pequeño taller de piezas para la producción de fábricas ya establecidas. En ese momento, Víctor Sarasqueta era la empresa más grande y más emblemática del sector pero había docenas de otros talleres, grandes y pequeños, que producían armas de todo tipo. El primer taller de AYA estaba en Eibar, cerca la Iglesia de las Carmelitas A medida que la compañía crecía, se expandió y se mudó, primero a la calle Julián Etxeberria en el centro de la ciudad, y más tarde a una nueva fábrica más grande en Vista Alegre. Cada mudanza traía instalaciones más grandes y más trabajadores, y la reputación de la empresa en cuanto a calidad creció.
La primera mitad del SXX fue un período de agitación en España. Desde 1880 , España era una monarquía. Su rey Alfonso XIII era un tipo encantador, cuya gran alegría en la vida era la caza, en las llanuras de Castilla y en las fincas de Inglaterra, y también el tiro al pichón. Los gustos de Alfonso dictaban la moda de aquellos días, y el tiro de todo tipo se convirtió en pasión de España.
Para los armeros de Eibar, se trataba de un gran beneficio. Víctor Sarasqueta, por ejemplo, fue nombrado “Armero del Rey”, e incluyó la orden real en su catálogo durante muchos años.
Lamentablemente, la habilidad del rey español con las armas de fuego (que era prodigiosa) no iba acompañada de su habilidad en la política, y su reinado se vio empañado por una sucesión de altibajos. En 1923, el General Primo de Rivera estableció una dictadura militar que duró hasta 1930. Después de una breve restauración, la monarquía fue reemplazada por una república, pero en España la situación política se deterioró. En julio de 1936, la Guerra Civil comenzó.
El País Vasco era, por inclinación general, democrático y pro-republicano. Las fábricas de armas del País Vasco era un objetivo militar de primer orden. Las fuerzas franquistas rodearon los valles de los ríos de la Cordillera Cantábrica, tomando una ciudad tras otra – Elgoibar, Eibar, Ermua, Guernica. El bombardeo del mercado de la ciudad de Guernica el 26 de abril de 1937, marcó un hito en las guerras del siglo XX – el primer bombardeo en masa de una indefensa población civil. En junio, el ejército de Franco redujo a Bilbao y para los vascos la guerra había terminado.
Las fabricas armeras pasarón a ser controladas por afines al movimiento y se trabajó para suministrar material bélico al ejército nacional. Después de la guerra la situación se normalizo y poco a poco se volvió aun estado de producción normal.
Este periodo post guerra fue para Miguel Aguirre y Nicolás Aranzabal, el inicio de una gran aventura, es en 1938, cuando deciden pasar de fabricar componentes para otras fábricas , a fabricar r armas completas con el nombre AYA grabado en los cañones. Era el comienzo de la creación de una gran marca.