Hay momentos en los que, como a cualquier ser humano, me llega la desesperación. Los negocios no resultan o surgen complicaciones o problemas que me toman por sorpresa. En esos minutos de desesperanza me da por pensar en mudarme de ciudad y buscar un mejor futuro en otro lugar. Luego empiezo a pensar en lo difícil que sería comenzar desde cero nuevamente en otro lugar, comenzar a hacer relaciones, buscar clientes y por último, para alejar cualquier pensamiento pesimista, recuerdo que aquí puedo practicar la cacería muy frecuentemente y se me quitan las ganas de salir corriendo.
Creo que los últimos acontecimientos nos han afectado anímicamente a todos los que practicamos la cacería (e insisto, específicamente a los que practicamos la cacería) porque nos hemos dado cuenta del escarnio con el que nos atacan los que desconocen nuestra práctica, o tal vez porque les hemos dado más importancia de la que en realidad merecen.
Desgraciadamente nos hemos convertido en una zoociedad (si zoociedad con z y doble o) de 20 segundos. Es más fácil aplaudir un comentario estúpido que leemos en el facebook en 20 segundos que tener la curiosidad de investigar tanto los pros como los contras de cierta idea. Es más fácil digerir y tragar una noticia de 20 segundos que pasan en la tele que investigar a fondo varias fuentes para tener un criterio más amplio. De todos los estúpidos que opinan a la ligera acerca de la caza, la pesca, el uso de las armas y la tauromaquia, me atrevo a decir que un muy mínimo porcentaje se ha documentado y ha estudiado lo que implica y representa cada una de estas disciplinas, porque les resulta más fácil aplaudir una nota de 20 segundos.
Estos mismos creen que los cazadores somos gente que viste ropa de manta, vivimos en el vil cerro y no tenemos contacto con la civilización, no conocemos los libros, el internet o los museos y piensan que sólo es cosa de comprar una escopeta y cartuchos para salir a caminar como burros al cerro, es más, me atrevo a decir que muy pocos sabe como demonios se tiene que sufrir para poder comprar una escopeta.
Compañero Tirofino, no deje que los comentarios infundados de un grupo de inverves le quite el amor por su afición. No permitamos que un grupo de incultos de 20 segundos nos vengan a dar al traste. No nos permitamos sentirnos mal por los comentarios sin fundamento de una turba enardecida que no tiene ninguna forma de sacar su frustración más que emitiendo opiniones detrás de un teclado y un monitor.
No dejemos que nuestra pasión muera por los aullidos de gente que tiene el valor de manifestarse con fundamentos.