No Es Que Sea Pesimista Pero...
Al igual que muchos compañeros en el foro, yo tambien quiero que se modifique la ley de armas, sin embargo, nuestros legisladores ni nos pelan, entonces? que debemos hacer?.
La verdad no lo se.
Les dejo este articulo para que lo analicen y comenten:
Archivos del poder
Por: Martín Moreno / Excelsior
Tiranía partidista
México ha entrado a una nueva etapa: la tiranía partidista. Del presidencialismo omnipotente brincamos al poder iluminado de los partidos políticos. Inmaculados, sagrados, elevados a rango celestial para que la fiscalización terrenal no los alcance. Los partidos —encarnados por diputados y senadores— han inaugurado un nuevo episodio nacional: la dictadura tripartidista (PRI, PAN y PRD).
La transición democrática natural no les gusta a los partidos y por eso la ajustan a su conveniencia. Rechazan ser auditados, a partir de la nueva reforma electoral, sobre cómo van a manejar los multimillonarios recursos que tendrán a su disposición. De 29 millones de pesos diarios por cada día de campaña, a 41 millones de pesos cada día. A su disposición, a su antojo.
¿Quién les va a revisar cómo gastarán esos dineros salidos de los impuestos de todos los mexicanos? Nadie. ¿A quién le rendirán cuentas los partidos sobre el manejo de esas pequeñas fortunas? A nadie. ¿Con quién se podrán quejar los ciudadanos por cómo se enriquecen el PRI, el PAN y el PRD? Con un órgano fiscalizador que será designado, precisamente, por los partidos.
La tiranía partidista.
Porque más allá de que se afecten intereses producto del acotamiento financiero que reciben los medios electrónicos durante cada campaña política —hay que entender que son entes productivos que generan empleos, pagan impuestos y contribuyen al desarrollo económico y político del país—, las tentaciones dictatoriales partidistas son algo que preocupa profundamente. Con la nueva legislación electoral, si bien los partidos no podrán denigrar "a las instituciones, partidos o personas", queda ahí, latente, el riesgo de que la prohibición se extienda en cualquier momento a los medios de comunicación. Que, en un arranque legislativo, sean censurados.
No es un asunto de paranoia periodística, sino una posibilidad real ante la actitud mostrada por algunos senadores durante la reunión que tuvieron con radiodifusores y periodistas el martes pasado. No se equivoca Pedro Ferriz de Con cuando le dice a los senadores que "el país es suyo", porque así lo sienten y así lo manejan los partidos, en una confusión democrática de querer suplantar a la presidencia imperial con la tiranía partidista. Y vaya que lo están consiguiendo.
Las palabras de Ferriz de Con provocaron un doble efecto: que aflorara la intolerancia de los senadores cuando se les critica —sobre todo en cadena nacional— y, ante la falta de argumentos sólidos, recurrieran a las mentiras para adornar su discurso demagógico y gastado.
"El pueblo es el propietario de las concesiones de radio y televisión", dice, con cursi solemnidad, el senador perredista Pablo Gómez. Mentiroso. ¿Quiénes manejan a su antojo dichas concesiones? El poder político, entiéndase el Presidente de la República o senadores y diputados. Ellos son los verdaderos dueños y no los ciudadanos comúnes y corrientes.
"Queremos darle la vuelta para que nadie diga que no tiene dinero para participar en política", dramatiza la priista María de los Ángeles Moreno. Mentirosa. Manipula y esconde una realidad ignorada en la nueva reforma electoral: que para ser candidato se necesita, por fuerza, pertenecer a algún partido. Y si no se llena ese requisito, simplemente que se olvide de sus aspiraciones.
La partidocracia y sus ventajas.
Nuestra tiranía partidista debería revisar algunas cifras: mientras con la nueva reforma cada medio electrónico tendrá que ceder 48 minutos al día para tiempo de los partidos, en Chile son 15 minutos y en Inglaterra diez, con campañas más cortas. Es, en los hechos, un evidente acto expropiatorio.
Partidos millonarios en un país de pobres. "El dinero que se iba a los medios se irá ahora a la beneficencia", nos conmueve el senador priista Jesús Murillo Karam. ¿Y cómo saberlo si nadie los va a fiscalizar? ¿Cómo comprobar en qué lo gastarán si no tienen una vigilancia confiable porque se auditan entre ellos mismos?
Por eso las multas que les aplicaba el IFE no les preocupaban. Sabían que, más temprano que tarde, les llegaría su momento dorado y que se autocompensarían financieramente —y por mucho— por lo que tendrían que pagar.
Y ahora van contra el consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, quien, si tuviera una pizca de dignidad, esta misma tarde debería presentar su renuncia bajo los argumentos —personales y respetables— que más considere convenientes. Ugalde está como el personaje interpretado por Bruce Willis en la película Sexto sentido: todos saben que está muerto, menos él.
"No hay revanchismos", juran los senadores. ¿Cómo no suponerlo cuando, de tajo, le arrebatan un ingreso económico importante a los medios electrónicos, que llega junto con las campañas electorales? ¿Dónde quedan las pequeñas y medianas radiodifusoras que sobreviven, en gran medida, con esos ingresos? ¿Por qué no buscar un justo medio? Muy simple: porque la tiranía partidista necesita hacer sentir su poder.
La política son consensos. Las imposiciones nos llevan a dictaduras.
ARCHIVO CONFIDENCIAL… Otra perla de la tiranía partidista: prohibir que el presidente Felipe Calderón hable en el Congreso y sí permitir que el ciudadano Andrés Manuel López Obrador lo haga ante comisiones. ¿Y los panistas? Debajo de su curul.