Yo vi a Pancho Villa Vivo y Muerto
Sigo buscando entre mis archivos las notas publicadas en diarios y aquí me encontré esta publicada en el diario "El Sol De Parral". Es una entrevista hecha al señor Rodolfo Torres, quien nos cuenta algo de sus memorias, pues el conoció al General en vida ...
"Yo vi a Pancho Villa , Vivo y Muerto "
Yo conocí a "Pancho" Villa, como treinta días antes de que lo asesinaran.
Era apenas un chamaco de ocho años de edad y ni noción tenía del personaje al que estaba conociendo y saludando, en la plaza "Guillermo Baca", de Parral, Chih.
Así recuerda Don Rodolfo Torres Abasta, al famoso guerrillero General Francisco Villa.
Una mañana del mes de Julio me dijo mi Papá:
"Véngase mi hijo vamos a cobrarle al General Villa".
Mi padre, Santiago Torres Baca, era albañil y le había hecho unos lavaderos a Villa, en el Hotel Hidalgo, eso le iba a cobrar.
Caminando rumbo al hotel mi padre alcanzó a ver al General Villa en la plaza y me dijo : "Mire hijo, allá está el General, vamos a verlo".
"Buenos días, General ", -le dijo mi padre- y yo hice lo mismo. "Ya termine los lavaderos que usted me ordenó para el hotel".
"Ah, está bien, ¿Cuánto le debo?" -dijo Villa-. "Son cuarenta pesos por los dos" -respondió mi padre-.
Acto seguido, le pagó y nos despedimos.
Con 93 años de vida y una mente lúcida, Don Rodolfo Torres Abasta, recuerda su infancia y circunstancias que lo ubicaron en los escenarios de los últimos días del General Francisco Villa.
Recuerda Don Rodolfo que él asistía a la Escuela No. 282, ubicada en la calle "Ramón Corona", justo donde ahora está la cancha de la "Secundaria Luis Mora".
Enseguida de la escuela había un callejón, -dice Don Rodolfo-, luego unas finca y otro callejón que separaba otras casas que daban al río. Ahí junto al río vivía Doña Soledad Seáñez de Villa, con sus hijos Miguel y Antonio, quienes acudían a la Escuela 282. Por lo que yo ya era compañero de escuela de los hijos de "Pancho Villa".
Mi abuelo, Rafael Abasta, vivía en uno de los cuartos donde hoy se ubica el Museo de Villa, eran sólo dos cuartos grandes de un sólo piso y su patio daba al río, pues no existía la colonia "Villa Blanquita".
Yo visitaba a diario a mi abuelito y recuerdo que, como dos meses antes de la muerte de villa, Don Guillermo Gallardo Botello, le dijo a mi abuelo que le desocupara los cuartos porque los iba a necesitar, y le ofreció otros cuartos por la calle Purísima, rumbo al río, fincas que también eran de Don Guillermo. Y allá se fue mi abuelo.
Junto a los cuartos de la calle Purísima había caballerizas a donde, un día al oscurecer, llegaron unos jinetes bien armados ahí dejaron su cabalgaduras y yo vi que se fueron río abajo con todo y su armamento.
Después supe que esos hombres eran : Melitón Lozoya, José de Jesús Barraza, José Sáenzpardo, Juan López Sáenzpardo, José Barraza Sáenzpardo, José Guerra, Ramón Guerra, Librado Martínez, Ruperto Vara, y Roberto Barraza, quienes ingresaron por el lado del río a los cuartos que antes ocupaba mi abuelo. Eran los hombres que acabarían con la vida del temible General Francisco Villa.
Aquella mañana del 20 Junio de 1923 yo estaba en casa de mi abuelo, en la calle Purísima, cuando se escuchó la balacera y la noticia corrió como reguero de pólvora. ¡Habían matado al General Villa!.
Yo, en mi inocencia, pues sólo tenía 8 años, corrí hacia el lugar de los hechos y sin medir peligro me metí en el escenario del crimen, otros niños como yo y personas mayores andaban ya ahí encima, asombrados por el dantesco espectáculo. Ahí estaba el carro de Villa, con los cuerpos sangrantes, detenido en un pequeño árbol, pero no en el lugar que los historiadores señalan, sino al lado contrario precisamente en el portón de "La Casa de las Cien Puertas", que da a la calle Gabino Barreda. Y esto es lógico pues el carro iba dando vuelta a la derecha. Ya aún cuando el General Villa en los estertores de la muerte hubiera dado un jalón al volante, éste sería al lado derecho, pues su cuerpo quedó recostado hacia ese lado.
Muchas cosas que algunos historiadores dicen sobre la muerte de Villa no son ciertas, como eso que nos cuentan que un borrachito fue el que les hizo señas a los pistoleros para indicarles de qué lado iba el General Villa. Eso no tiene sentido, ¿Usted cree que asesinos profesionales, como lo eran quienes mataron a Villa, iban a confiar en un borracho?.
Siempre se ha mencionado como muertos únicamente a Villa y quienes lo acompañaban en el carro, pero yo vi por lo menos a uno más, un hombre que quedó tendido a media calle y junto a él un casco y una lámpara de minero, por lo que supongo, era un trabajador de mina que pasaba por ahí y le tocó una bala pérdida.
Fue así como conocí a Villa, vivo y muerto; y conocí, también a varios de los que los asesinaron, y hasta por lazos familiares, pues mi tío Rafael Abasta Saucedo, estaba casado con Hermila Vara, hermana de Ruperto Vara, uno de los participantes en este crimen.
A otros de los pistoleros, avecindados en Cochinera, Dgo., los conocí y los traté en la tienda de mi cuñado Rodolfo López, allá en Rosario Dgo.,- donde yo trabajaba- y a donde acudían estas personas a comprar o, simplemente, a platicar.
En fin, que esta relación de cercanía se dio hasta en le Panteón de Dolores, (nos dice Rodolfo), pues yo adquirí un terreno para mi familia y me tocó justo enseguida de la tumba del General Villa y de su hijo Miguel.
Ahí, muchas veces coincidí con una de las viudas del General, Doña Austreberta Rentería, y su hijo Hipólito. Sobre todo en los homenajes que el Lic. José Socorro Salcido le hacía al General.
Porque, han de saber ustedes que el Lic. Salcido fue quien inició los homenajes luctuosos al "Centauro del Norte", pues desde 1959 y hasta que decretaron que se llevaran en México, el Lic. Salcido, de su propio peculio, realizaba estos actos y siempre invitaba a los parientes, Veteranos de la Revolución y amigos de Villa.
Por eso conocí y traté a varios personajes como el General Nicolás Fernández, quien fuera uno de los Dorados de Villa, así como también a Doña Elisa Griensen Zambrano, "La Heroína Parralense" quien llevó amistad con "Pancho Villa".
Como ustedes ven, - concluye Don Rodolfo-, soy un archivo viviente, con más de 90 años de la historia de Parral, incluyendo esa página de los últimos días del General Francisco Villa.
MIS COMENTARIOS
A mi juicio el señor no está mintiendo ni inventando nada, a pesar de que sólo tenía 8 años, el ver gente asesinada, tal como el dice que vió al general, no se olvida nunca. Aquí hago mis observaciones:
La siguiente foto (previamente en este post había publicado una secuencia de la última ruta del general, esta foto muestra el lugar donde pasó sus últimos segundos de vida), nos muestra exactamente el lugar de la emboscada:
- La casa amarilla al fondo es donde algunos historiadores ubican como el lugar donde estaban los tiradores, inclusive algunos manejan la teoría del segundo piso. Como dice Don Rodolfo en su relato, en esos tiempos era de un solo piso, por lo que esta teoría de un segundo piso queda descartada..
- Donde se mudó el abuelo de Don Rodolfo a los cuartos de la calle purisima, esta calle se convierte en Gabino Barreda justamente en el lugar de la casa amarilla de la foto, son aprox 150 mts al lugar de la inmolación.
- Villa iba en su carro dando vuelta a la derecha, los tiradores tuvieron que esperar hasta que dió la vuelta para poder verlo. El General debió ir a la altura del Mustang blanco de la foto para que los tiradores lo vieran y abrieran fuego. Según el relato de Don Rodolfo si se estrelló en un árbol, pero, justamente enfrente de donde está la placa alusiva hoy en dia, es decir, frente a la casa amarilla (Museo hoy en día).
- Entonces la teoría del "Borracho" ó señuelo tambien no es cierta, ya que según lo ubican los historiadores, este debió estar a la altura del callejón que va da la calle Juárez al rio, hoy llamado Tomás Meza. En la foto está aprox a 10 metros detrás del Chevy Blanco al la derecha de la foto. Aunque Don Rodolfo da otra razón cuando dice que eran asesinos profesionales.
- Lo de las víctimas colaterales tiene razón Don Rodolfo, nadie los menciona, y como estuvo la balacera de rápida e intensa, es casi imposible decir que sólo murieron los del carro, aunque un escolta si sobrevivio.
En la siguiente foto, de muy mala calidad pero es para darnos una idea del lugar de los hechos, marqué los lugares a los que se refiere el relato. La calle purisima, la calle que recorrió el General, con letras verdes el lugar del supuesto señuelo, según los guias del museo los gatilleros estaban donde los marqué en la foto, hoy una plaza comercial, en aquellos años una Quinta (Casa elegante) y con un punto verde donde fué a parar el auto del General.
